Cuando las mujeres son el enemigo: la intersección de la misoginia y la supremacía blanca

Anti-Defamation League. 2018. «When Women Are the Enemy: The Intersection of Misogyny and White Supremacy». Anti-Defamation League. Retribuido el   13 de mayo de 2019 de https://bit.ly/2v3UP7G

*Esta es una síntesis anotada realizada por CIPMEX sobre el texto arriba referido*

Todos los días, los supremacistas blancos externalizan su odio, y las audiencias inmediata y correctamente los llaman extremistas. Sin embargo, no se ha tenido la misma vocalización cuando los hombres expresan violentamente un enojo y odio hacia las mujeres. Existe una gran simbiosis entre la misoginia y los supremacistas blancos, es decir, ambas ideologías están ampliamente relacionadas. No obstante, no significa que todos los misóginos son racistas, ni que todos los racistas son misóginos. Únicamente, existe una gran conexión entre ambos.

La Anti-Defamation League (ADL) hace este reporte porque cree que la misoginia es un componente peligroso y desestimado del extremismo. El reporte intenta poner en perspectiva y evidencia este vínculo con ejemplos precisos de ello. Generalmente, la derecha radical es parte de grupos como Men’s Rights Activists (MRA) y de aquellos grupos que piensan que el avance en los derechos de la mujer ha victimizado a los hombres.  Dentro de su razonamiento misógino, muchos hombres merecen tener sexo cuando quieran y con quien quieran, desestimando a la mujer y su consentimiento. Dentro de este aspecto entran detalles contemporáneos que desafían lo que para ellos es el orden normal de las cosas, lo cual en ocasiones tiende a aumentar la violencia que este tipo de grupos presentan. Por ejemplo, la supuesta amenaza que las mujeres representan,  y que los hace querer tomar el control con más énfasis y violencia. Grupos como Me Too y Time’s Up tienden ir a la alza. 

El reporte utiliza ejemplos como el uso de blogs y escritos, en donde existe una simbiosis tangible entre el odio hacia las mujeres y aquellos impulsores de la supremacía blanca.  Entre ellos, Roger Devlin, quien menciona que “la liberación de la mujer ha herido activamente a los hombres (blancos), porque cuando las mujeres blancas tienen el derecho a decidir, pueden llegar a decidir que no se van a casar y no van a tener hijos, lo cual afecta a la supremacía blanca” (ADL 2018, 7). De la misma forma, Devlin se queja de que las mujeres han ganado mucho poder, lo cual ha modificado el orden natural de las cosas. El neo-nazi Andrew Anglin menciona que las mujeres tenemos suerte de tener a un hombre – a cualquier hombre –  y que merecen la  violencia de género y ser menospreciadas.

Este tipo de conexiones son importantes para destacar que aunque siguen existiendo avances en el tema de género, estos pensamientos – que generalmente vienen de una fe católica o religiosa – son parte de una estructura que ha mantenido a las mujeres “en su lugar”. Dentro de esta ideología, las mujeres son menos y deben de ser castigadas, esto viene desde la biblia, cuando Eva “hizo que Adán se comiera la manzana prohibida.”

La conexión entre racismo, anti-semitismo y misoginia es también evidente cuando hombres blancos han sido acusados de violencia doméstica. Dentro de la extrema derecha, se menciona que las mujeres deben de utilizar el tiempo que sobre (para esposos, cuidados de la casa e hijos) para promover el movimiento blanco – esto dentro de las formas femeninas y en compañía de mujeres. Otro elemento que evidencia la intersección es la manera en la que los hombres de movimientos extremistas presumen a mujeres y el sentido de pertenencia que tienen de ellas. Generalmente, son vistas como premios y trofeos que pueden ser presumidos en redes sociales, hacen parecer que la valía de ellas es mayor porque están con hombres “válidos” (aquellos que son parte de la supremacía blanca). Aquellas mujeres blancas que se han acostado con hombres negros, entonces pierden su valía y son generalmente “bienes usados” y por ello, “no merecen tener a un hombre blanco”.

El artículo también habla sobre la cultura de violación que sigue vigente en todos lados y la forma en la que la victoria de Donald Trump, de alguna manera legitimó estos comportamientos violentos. La situación actual pone a prueba el status quo y los ideales que han sostenido a mujeres y hombres en un sistema patriarcal. El resultado de los cambios vistos en la sociedad actual (principalmente contemporánea) ponen en jaque a los movimientos nacionalistas, lo cual hace que puedan actuar de forma más extrema para poder lograr sus objetivos.

*Si desea leer el texto original del autor referido, puede consultar este enlace: https://bit.ly/2v3UP7G

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