Mejor en la cárcel que con él

Publicado por El Sol de México el viernes 18 de febrero de 2022. Texto original: https://www.elsoldemexico.com.mx/analisis/mejor-en-la-carcel-que-con-el-7878614.html

En CIPMEX y La Cana, Proyecto de Reinserción Social estamos haciendo una investigación sobre la relación de género y el estar en reclusión, esta ha sido de las experiencias más retadoras personal y profesionalmente. Hemos visitado aproximadamente 8 estados y hemos conocido más de 12 reclusorios femeniles en la república, haciendo más de 30 entrevistas.

Ir a los penales a conocer las historias de las mujeres te confronta con tus privilegios, con una realidad “escondida” que preferimos no ver, con la impotencia de saber que posiblemente no hay nada que hacer por remediar las miles de injusticias que hubo tanto en su proceso penal, como en su detención. La pobreza, la desigualdad y el machismo son caldos de cultivo para que mujeres inocentes caigan en reclusión, asimismo, el estar en un mal momento, con la persona incorrecta y no tener los medios de defensa pueden ser factores detonantes.

Pocas de las mujeres que entrevistamos reconoce su delito, en un aproximado 3 de cada 10 lo hace. Lo que sí reconocen – de alguna forma u otra – es que casi todas las historias están plagadas de violencia, violaciones e intentos de feminicidio. Una de las conversaciones que más me sorprendió fue la de María, acusada de secuestro, quien no reconoce el delito y dice que fue inculpada por el delito de su esposo. En esta conversación nos cuenta que ella encontró la libertad en la cárcel.

Ella tenía una relación violenta, en la cual su pareja no le permitía trabajar, y casi no podía salir de la casa, ella se dedicaba al hogar y cuidado de las niñeces. Nos cuenta que una vez al intentarse ir, él la cargó como “costal de papa” y la regresó a su casa. Los celos de él dominaban su vida y finalmente María, terminó en la cárcel por un delito que no cometió.

Irónicamente, en la cárcel ha podido realizarse de manera profesional y personal. Escribió un libro, ganó un concurso, es parte de todas las actividades que hay en el penal y también trabaja. Logró hacer todo lo que quería hacer afuera y encontró su libertad en esas cuatro paredes. Ahora ansía salir y ser inculpada de su delito, aunque sabe que le queda un proceso por delante. Su historia es como la de muchas mujeres en este país, en la que a veces la única forma de romper con una relación violenta es cayendo en reclusión o perdiendo la vida.

¿En qué país estamos viviendo en el cual estar en la cárcel es sinónimo de libertad? ¿Cuántas mujeres encontraron seguridad dentro de la cárcel porque fue la única manera de alejarse de sus parejas? ¿Dónde está el Estado y por qué no se está encargando de protegernos? ¿Qué pasa con la educación incluyente y no sexista? Tantas preguntas y ni una respuesta.

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