Por: Talia Raich (Colaboración Especial)
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¿Cómo compaginar la naturaleza humana con la conciencia, la mesura y el autocontrol? Cómo lograr que el hombre comprenda que actuar masivamente en la explotación de cualquier cosa, ya sea un recurso natural, una ideología, una tecnología, puede ocasionar un caos a nivel humanidad. Cómo cambiar esta miopía creativa, en la que los inventos más maravillosos, los descubrimientos más increíbles pueden afectar masivamente al mundo y a la humanidad en su conjunto. Cómo tener conciencia de ver más allá, más a largo plazo, más a nivel macro. Es realmente una condición humana su incapacidad para visualizar “the whole picture”, o es parte de la emoción por la creación y ver nuestras realizaciones personales materializadas las que nos hacen olvidarnos de los otros; o es quizá que somos incapaces de medir los riesgos; o es que nos auto-convencemos de lo que deseamos creer.
Es también una realidad que somos prueba y error, en todo lo que hacemos, intentamos medir los beneficios y solo con el paso del tiempo es que vemos los resultados o las consecuencias ya sean para bien o para mal. ¿Se trata de disculpar al hombre o de “enojarnos” por su inconsciencia? Tengo que reconocer que yo aún no sé en donde me encuentro. Lo que sí es cierto es que, así como hay situaciones en las que no podemos ni imaginar que un invento pueda traer consecuencias negativas a largo plazo para la humanidad, también hay inventos y prácticas que prueban ser malos pero el beneficio económico es tan grande que la codicia termina ganando la partida. Es en este terreno en el que sí deberían de esperarse cambios.
Creo que llegó el momento de “abandonar” al pequeño grupo y entendernos como un gran grupo de personas. El concepto de “otro” desaparece porque ya no hay tal, porque nuestra supervivencia ahora está en manos de la humanidad en su conjunto, no de nuestro clan, ir hacia una misma meta, todos los seres humanos como una única familia de sapiens en total colaboración. Gracias a la tecnología hemos atravesado las fronteras físicas, el siguiente reto es ¿podremos crear agendas incluyentes que beneficien a la mayoría, aunque algunos tengan que sacrificar algo? ¿podemos colaborar TODOS, y cuando digo todos me refiero a los 194 países para un bien común? ¿O seguiremos siendo fieles a nuestros más bajos instintos como la codicia, el poder y la ambición? La evolución está en nuestras manos, hacia dónde deseamos ir como humanidad: ¿A la supervivencia de la especie o a su autodestrucción?