Prevención de la violencia contra las mujeres y la desigualdad de género en el mantenimiento de la paz.

Rosga, AnnJanette; Megan Bastick; Anja Ebnöther, y Geneva Centre for the Democratic Control of Armed Forces (DCAF). 2008. Preventing Violence Against Women and Gender Inequality in Peacekeeping. New York: UNITAR POCI, 1-305.

*Esta es una síntesis anotada realizada por CIPMEX sobre el texto arriba referido*

En términos generales este documento es un curso integral con perspectiva global. Hacen referencia durante todo el documento a que la violencia contra las mujeres y la desigualdad de género son problemas que se encuentran en todo el mundo sin importar país, contexto socioeconómico, edad, etc. Este texto habla sobre temas de mantenimiento de paz, examina la violencia y la desigualdad más allá de los límites de estos contextos partiendo de que la violencia y la discriminación están intrínsecamente vinculados en situaciones de conflicto y de no conflicto.

El método de estudio en realidad son sugerencias o recomendaciones generales que brindan los autores para poder obtener el diploma del UNITAR POCI. Este curso lo podemos tomar todos nosotros en CIPMEX y obtener un certificado de género y mantenimiento de paz. El curso incluye: lecciones, objetivos de aprendizaje, puntos principales de cada lección, lecturas, estudios de casos, y pruebas al final de cada lección para evaluar lo aprendido. El examen final se hace en la ONU para que den el certificado oficial es necesario una calificación aprobatoria del 75% o más, de lo contrario se da una segunda oportunidad. El examen está en los 6 idiomas oficiales de la ONU.

El curso establece el marco legal internacional que reconoce y busca reparar desigualdad de género. Destaca el papel activo que desempeñan las mujeres en la lucha por los derechos humanos, y en la construcción de la paz y la seguridad, y cómo los hombres pueden ser socios para poner fin a la violencia contra las mujeres.

Me gusta este curso porque está diseñado para estudiantes. A éstos los hace reflexionar sobre los límites entre lo político, privado, internacional y doméstico, de tal forma que se vuelven un agente activo de su entorno. Es decir, alguna lección o ejercicios invitan a los estudiantes a considerar las formas en que sus propias vidas personales y profesionales pueden estar entrelazados como pacificadores de género. Las lecturas y los estudios de casos proporcionan ejemplos para ayudar al personal de mantenimiento de la paz a considerar cómo pueden, tanto personalmente como profesionalmente, trabajar para promover la igualdad de género y cambiar las actitudes y comportamientos que perpetúan la violencia.

Este curso afirma: 1) la violencia de género refuerza, mantiene y puede ser en sí misma una forma de desigualdad de género; y 2) la desigualdad de género justifica y legitima la violencia de género.

La lección 1 (Rosga, et. al. 2008, 1-32) habla sobre varias definiciones y teorías sobre el sexo, género, desigualdad y violencia; y para mejorar las capacidades de consolidación de la paz de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad de la ONU en 2000 adoptó la resolución 1325 sobre Mujeres, Paz y Seguridad (SCR 1325 por sus siglas en inglés), la cual tiene tres componentes clave:

– Expresa en los términos más enérgicos posibles el reconocimiento oficial y la preocupación de la ONU de que los conflictos armados se dirigen cada vez más a los civiles y los afectan de manera desproporcionada, especialmente mujeres y niños. E identifica la importancia de este hecho para la sostenibilidad de los esfuerzos de paz y reconciliación en todo el mundo.

– Reafirma la necesidad de implementar una ley que avale el derecho humanitario y los derechos humanos de las mujeres y las niñas durante y después de los conflictos.

– Enfatiza la necesidad de garantizar que las mujeres tengan una participación plena e igualitaria en todos los niveles de toma de decisiones en asuntos relacionados con la paz y la seguridad, y describe específicamente la necesidad de incorporar una perspectiva de género en las operaciones de mantenimiento de la paz como “urgente”.

Por lo que, el argumento central es que para que se resuelva la violencia contra la mujer es necesario reconocer la transversalización de género. Como ejemplo práctico se narra el caso de Malí, el cual proporciona una excelente ilustración de lo mucho que se gana incluyendo a las mujeres en un programa de desarme y los riesgos de asumir que todas las mujeres son iguales.

En la lección 2 (Rosga, et. al. 2008, 33-58) se habla sobre la paradoja de la identidad. Por un lado, se presenta brevemente el alcance y las raíces de la violencia contra las mujeres en el mundo. Por otro lado, se detalla la historia de la SCR 1325, ya que se considera un compromiso histórico por parte de los miembros de la ONU

hacia una mayor inclusión de las mujeres en todos los niveles y también con respecto a las operaciones internacionales de mantenimiento y consolidación de la paz.

El punto central de esta lección es que las normas de género y sexualidad varían enormemente entre culturas y con respecto al tiempo (época). Además, examina cómo se incorporan actualmente las perspectivas de género en las operaciones de mantenimiento de paz a través de la “transversalización de género”, el uso de “puntos focales de género” y “expertos en género”. La lección concluye con algunas sugerencias de cómo la “transversalidad de género” y la implementación de la SCR 1325 podrían ser productivas.

En la lección 3 (Rosga, et. al. 2008, 59-84) busca resolver las siguientes preguntas: ¿cómo se “toman en cuenta las cuestiones de género” cuando los significados mismos de sexo y género pueden ser completamente diferentes en diferentes lugares y en diferentes momentos? ¿Cuándo son realmente reales las diferencias de sexo/género? ¿Cuándo deberían importarle las diferencias reales de sexo/género en una misión de mantenimiento de la paz? Se resuelven estas preguntas discutiendo tres pares opuestos de conceptos o elecciones interrelacionados. En todos ellos se narran ejemplos.

1. Distinción vs discriminación: se muestra la distinción entre grupos de personas en función de alguna diferencia real o supuesta puede o no estar relacionada con la discriminación, por ejemplo, tratar injustamente a un grupo mejor que a otro.

2. Igualdad vs uniformidad (sameness): se explora el dilema relacionado de cómo crear una situación de igualdad entre personas que en realidad pueden ser muy diferentes entre sí. Pregunta si la igualdad puede existir en ausencia de uniformidad y proporciona algunos ejemplos de cómo podría tratarse este tema en relación con las mujeres en el ejército.

3. Se pone en práctica los dos primeros con un debate sobre la incorporación de la perspectiva de género en un entorno posterior a un conflicto.

Asimismo, se habla del contraste de dos valores importantes para la ONU que a veces se enfrentan en los conflictos: respetar las tradiciones locales y promover la igualdad de género. En algunos casos cuando se aplican valores abstractos a situaciones concretas puede parecer que respetar ambos valores simultáneamente es imposible, porque respetar el primer valor implica actuar de manera que se viola el segundo, o viceversa. Estos valores pueden en realidad contradecirse entre sí a veces. Esta sección no ofrece recetas generales para resolver este problema en cada situación. Más bien, se ofrece un ejemplo específico para mostrar cómo se abordó el problema en otra situación posterior al conflicto. Desde mi punto de vista este punto es muy complejo y las personas que trabajan en las misiones tienen que ser muy cautelosas, asertivas y empáticas; de lo contrario, estarían fomentando más violencia y menos construcción de paz.

Al finalizar la lección 3 se da una revisión muy breve de las preguntas sugeridas para considerar, así como las pautas que puede seguir para implementar el objetivo de la SCR 1325 y tener en cuenta el género. Es importante destacar que SIEMPRE es relevante considerar el sexo/género. Y que existe una buena posibilidad de que haya diferencias, y debe considerar cuáles podrían ser y asegurarse de haber creado mecanismos para garantizar la participación y el acceso equitativos, independientemente del género. Dan un ejemplo final (la agencia de la ONU en el sudeste asiático con un programa de microfinanzas para aumentar el empoderamiento de las mujeres) donde se muestra que puede salir bien o muy mal.

La lección 4 (Rosga, et. al. 2008, 85-108) habla de cómo definir la violencia, ya que la violencia contra la mujer toma muchas formas diferentes. No todos estos tipos de violencia adoptan la forma de lesiones físicas evidentes y directas. Por lo que, se introduce un vocabulario más específico para describir todas las formas de daño que experimentan las mujeres, y también contiene una descripción de cada término para mayor claridad. Al tener términos descriptivos más específicos hay una comprensión más desarrollada y compleja de las causas de la violencia en la vida cotidiana.

Además, en esta lección se revisan los principales enfoques teóricos que diferentes expertos han adoptado al tratar de explicar la violencia y la evidencia de las diversas teorías. En la conclusión se discute cómo estas teorías se relacionan con el problema de la violencia contra la mujer.

En la lección 5 (Rosga, et. al. 2008, 109-136) se usa la teoría sociocultural de la violencia de Galtung para analizar la violencia contra las mujeres porque está muy alineada con algunas de las más altas aspiraciones de la ONU en materia de DDHH y desarrollo humano. Asimismo, en esta lección se habla que cuando perteneces a las misiones de la ONU tendrás choques culturales, es por ello, que se brinda una preparación para la vida en una cultura diferente a la propia. Dos cosas son importantes para las fuerzas de mantenimiento de paz:

1. Comprender nuevas costumbres, prácticas, y creencias desde el punto de vista de las personas que siempre han vivido en ese lugar.

2. Todxs tenemos nuestras propias culturas que son extrañas para los demás, por lo que es extremadamente importante que aprendamos a respetar las culturas de los demás, incluso cuando las encontremos extrañas o perturbadoras.

En otras palabras, aprender a ver desde el punto de vista de otra persona, evitar juzgar a los demás y respetar otras culturas. Este tipo de mentalidad abierta a las culturas de los demás puede llamarse “relativismo cultural”, lo que se refiere a una actitud o filosofía de que todas las culturas son iguales y que todos los valores y prácticas están relacionados con las culturas particulares de las que surgen. Por lo tanto, esas prácticas primero deben ser entendidas y evaluadas desde dentro de sus propios contextos culturales. Esto es relevante y va de acuerdo con los pilares de la paz: aceptación de los derechos de los demás.

Esta lección me pareció sumamente interesante porque pone preguntas interesantes sobre la mesa como ¿es correcto exigir que las cambie? Si es así, ¿cuándo es correcto y cómo debe hacerse? ¿Qué pasa si la “diferencia cultural” que ha encontrado es una que implica que alguien salga lastimado? Y si alguien sale lastimado, ¿cómo saber si la acción que está causando el dolor es cultural o no? ¿Debería importar esto? Y la lección busca resolverlas poniendo ejemplos.

¿Están las fuerzas de mantenimiento de la paz para cambiar la cultura? Si y no. Sí, en la medida en que ellos/usted probablemente estén tratando de vivir la mejor vida que puedan (lo que puede implicar cambiar cosas sobre sus propias prácticas culturales y/o sobre las culturas a las que pertenece). Sí, en la medida en que las fuerzas de mantenimiento de la paz intentan mejorar las condiciones de las personas en cualquier lugar al que sean enviadas a trabajar, y esto a veces implica abordar prácticas culturales dañinas (en la lección narran ejemplos). No, si cambiar la cultura significa tratar de hacer que todas las culturas sean iguales. No, si cambiar la cultura significa imponer normas, o incluso leyes, de maneras que son insensibles a todos los efectos de dichas normas y leyes.

La lección 6 (Rosga, et. al. 2008, 137-162) afirma que los derechos de la mujer son derechos humanos. Narra la insuficiencia por parte de los derechos de primera generación (civiles y políticos) para abordar temas que involucran actores no estatales como la violencia doméstica. Lo que llevó al desarrollo de derechos de segunda generación (derechos económicos, sociales y culturales). Sin embargo, la creciente participación de mujeres de todo el mundo en el movimiento internacional de derechos humanos ha comenzado a cambiar el significado mismo de la universalidad.

Nadie duda que a través de los años la situación de las mujeres ha ido en mejora, como los marcos jurídicos, incluidos el derecho internacional de los derechos humanos, el derecho internacional humanitario y el derecho penal internacional, los cuales ofrecen protección adecuada a las mujeres en tiempos de paz y en conflictos armados. No obstante, aún existen varios desafíos para la realización de los derechos de las mujeres, como: la armonización del derecho internacional con el derecho local; el conflicto del derecho internacional con las normas sociales y culturales; la falta de voluntad política para aplicar el derecho internacional; la cantidad sin precedentes de trata de mujeres y niños; la feminización de la pobreza; amenazas a los derechos reproductivos de las mujeres; el impacto de género de la degradación ambiental; la baja participación de las mujeres en la toma de decisiones; la persistencia de actitudes estereotipadas sobre las mujeres y prácticas discriminatorias en su contra; y la persistente segregación ocupacional.

En 2000 y 2005, la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas logró: mejoras en la educación, reducción de la pobreza, avances en la salud de las mujeres, estatus social y legal, y la participación y representación política de las mujeres. También se han registrado avances en la recopilación de datos que toman nota de las diferencias de género.

La lucha contra la violencia contra las mujeres se ha convertido en una prioridad clave en la mayoría de los países, que buscan combatir este problema a través de combinaciones integrales de cambios legislativos, planes de acción, medidas de apoyo a las víctimas, medidas de sensibilización, educación y sensibilización, capacitación y enjuiciamiento, castigo y readaptación social.

La lección 7 (Rosga, et. al. 2008, 163-202) habla sobre las violaciones de los derechos humanos por parte de los cuerpos de mantenimiento de paz. Esta situación hace que se degrade la confianza pública en los procesos de paz, el estado de derecho y los mecanismos internacionales de resolución de conflictos. Las violaciones sexuales, en particular aquellas contra los niños, son muchas veces más poderosas en sus consecuencias negativas para las víctimas, las comunidades y las organizaciones representadas por los perpetradores. Sin embargo, la violencia sexual por parte de las fuerzas de mantenimiento de la paz es solo una forma de este tipo de violencia en un continuo de formas de violencia sexual que se pueden encontrar en todo el mundo.

Esta lección define los principales tipos de violencia, explotación y abuso sexual y describe su prevalencia y efectos. Se discute lo que se sabe sobre los perpetradores, así como las condiciones en las que es más probable que los cometan. La lección también revisar la dinámica del poder, la desigualdad de género y la coerción que acompañan a los daños sexuales. Termina con un ejercicio sobre formas efectivas de responder a un incidente de violencia y coerción sexual.

La lección 8 (Rosga, et. al. 2008, 203-226) se enfoca en varias formas de violencia estructural que las instituciones gubernamentales y otras perpetúan, ya sea a través de sus acciones o inacciones, que afectan desproporcionadamente a las mujeres. No ofrece una descripción exhaustiva de todas esas formas de violencia institucional, pero sí presenta datos sobre algunas de las peores y más generalizadas: el infanticidio femenino, el “déficit femenino”, la mortalidad materna y las persistentes desigualdades socioeconómicas.

Las operaciones de apoyo a la paz están presentes en lugares donde la pobreza está muy extendida. En la lección se reconoce las formas en que la pobreza y la discriminación afectan sistemáticamente a las mujeres de manera que aumentan su vulnerabilidad a la violencia directa, ya que la violencia contra las mujeres y la desigualdad de género están inextricablemente vinculadas. En esta lección se destaca cómo las desigualdades de género están entretejidas en las estructuras sociales como la educación, la banca, las leyes de propiedad, las prácticas matrimoniales y de divorcio y custodia de los hijos, y las prácticas diarias de la vida familiar. Para realizar un cambio es necesario influir en las políticas y procedimientos para comenzar a corregir las desigualdades institucionales de género de raíz.

La lección 9 (Rosga, et. al. 2008, 227-256) analiza algunas de las principales formas de violencia específicas de género que afectan a las mujeres no combatientes en situaciones de conflicto armado y posconflicto. El objetivo de la lección es presentar la compleja dinámica de género que puede estar en funcionamiento en los sitios de Misión de Mantenimiento de Paz, donde los roles de género probablemente han sufrido una interrupción significativa. Dependiendo el conflicto, hay veces que puede generar oportunidades únicas para que las mujeres desarrollen habilidades y experiencias en posiciones sociales que previamente no se había planteado y aumentar su empoderamiento. No obstante, en otras ocasiones, las contribuciones de las mujeres a menudo las colocan en un alto riesgo de violencia adicional, por ejemplo, por parte de los miembros de la comunidad que se sienten amenazados por la participación activa de las mujeres en actividades públicas. Comprender las complejidades de tales dinámicas sociales serán útiles para los miembros de las operaciones sí ayuden adecuadamente a las comunidades a las que sirven.

La lección 10 (Rosga, et. al. 2008, 257-281) proporciona varios ejemplos de actividades de consolidación de la paz en las que se destaca el género. La mayoría de estos ejemplos resaltan las acciones de las mujeres, no porque solo las mujeres puedan construir la paz con perspectiva de género, o porque la construcción de paz con perspectiva de género sólo aborda o involucra las preocupaciones de las mujeres; sino porque se escogieron para compensar el peso de la representación de las mujeres como víctimas y así destacar algunos ejemplos de los logros y el liderazgo de las mujeres.

Una de las cosas más importantes que los hombres pueden hacer para implementar la SCR 1325 es encontrar formas de hacer espacio para que las mujeres, que pueden tener estilos de liderazgo diferentes o directivos. Otra es desarrollar programas y políticas que creen espacios que ayuden a desarrollar la capacidad de las mujeres para liderar y participar en actividades de consolidación de la paz. Dichos programas son especialmente necesarios donde las desigualdades de género sistémicas han limitado la exposición de las mujeres a las oportunidades de acción pública, educación y habilidades de liderazgo.

En conclusión, sobre el curso en general, la desigualdad de género y la violencia contra las mujeres tienen un enorme costo social, afectando negativamente a familias y comunidades enteras. Me parece relevante que este curso mencione la importancia de que los hombres y mujeres tienen que trabajar en conjunto para poder ver un cambio social y abordar las problemáticas y así construir paz inclusiva y de raíz. Por último, es necesario recalcar que la desigualdad de género es una de las dinámicas centrales que alimenta muchos tipos de violencia.

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