Galtung, Violence, and Gender: The Case for a Peace Studies/Feminism Alliance

Confortini, C. (2006, July). Galtung, Violence, and Gender: The Case for a Peace Studies/Feminism Alliance. Retrieved November 7, 2020, from https://www.academia.edu/19757186/Galtung_Violence_and_Gender_The_Case_for_a_Peace_Studies_Feminism_Alliance?email_work_card=view-paper

*Esta es una síntesis anotada realizada por CIPMEX sobre el texto arriba referido*

El presente artículo brinda un enriquecimiento, según la autora, a la teoría de paz de Galtung incorporando temas y teorías del feminismo. Según lo estipula, sólo en el momento en donde se considere el género y sus estudios de paz como uno, se podrá llegar a soluciones más aceptables, duraderas y generales cuando se habla de una sociedad pacífica y libre de violencia (Confortini, pa. 2).

Según la autora, los estudios de paz en la disciplina internacional tienen los mismos objetivos que las teorías feministas. Mismos que son encontrar la equidad de género para poder llegar a tener sociedades que tengan estructuras y actitudes que promuevan la paz positiva. Así pues, Confortini, nos dice que dentro de las investigaciones y publicaciones de Galtung sobre paz, no se considera al género como un factor predominante para poder abonar a la paz positiva, sino que se ve a este concepto como uno más en la periferia (Confortini, pa. 4).

Según el texto “el género es un constructo social que tiene un orden jerárquico, mismo que crea categorías de orden vertical”. Así pues, a lo largo del artículo, la autora explica cómo Galtung sólo toma esta categoría como una división entre hombres y mujeres, en vez de considerar que el tema de género en las sociedades actuales resulta en una relación de poder. De esta manera, la violencia puede estar inmiscuida tanto en las masculinidades como también en estas mismas estructuras derivadas del entendimiento feminista de la propia sociedad (Confortini, pa. 4-5).

Según Galtung, la violencia y la guerra son resultado de una violencia estructural, y la autora nos ayuda a entender que lo mismo pasa con el tema del género. La realidad adversa que vemos es un efecto de la exclusión de los temas de género en la agenda no sólo del entendimiento sino también de la construcción de paz.  La perspectiva de género ayuda a ver las relaciones de poder y temas mucho más a profundidad, así con esto podemos entender mucho más a los sistemas y estructuras de una sociedad (Confortini, pa. 8).

 A lo largo de sus estudios, Galtung sí llega a expresar la situación del patriarcado como una parte del sistema que genera violencia estructural, sin embargo él mismo no define nunca el término de género, dejando de lado muchas áreas donde las afectaciones de la relaciones verticales entre hombres y mujeres resulta en una preocupante violencia estructural (Confortini, pa. 10).

El único momento, donde acorde a la autora, Galtung añade el tema de género, es en  “Peace by Peaceful Means”, aquí el autor ve a este como una variable de la violencia. Sin embargo, la autora hace la acotación de que, “el género es esencial para entender los orígenes de la violencia y los mecanismos de cómo ésta funciona en una sociedad”. De esta manera, la violencia tiene que ser vista cómo un proceso, es algo que se vivie día a día en el camino. No es un sistema o una estructura que perméa hacia amajo. Por lo tanto, no sólo es la división entre hombres y mujeres, sino su interacción cotidiana y lo que resulta de esta (Confortini, pa. 11-12).

En sus estudios, Galtung se queda en la premisa de que los hombres son violentos y las mujeres son pacíficas por su condición física y biológica. Dejando así, la premisa de que vivimos en un sistema heterosexual según este autor, mismo en sugiere categorías jerárquicas. Sin embargo, Confortini aporta la idea que la perspectiva queer de la teoría feminista genera una visión más incluyente de los roles de poder derivador por el género, además de dar la oportunidad de que las relaciones de poder sean horizontales en vez de verticales como lo sugiere la heteronormatividad (Confortini, pa. 14-16).

Además, la autora nos dice que, la paz desde la esfera internacionalista es vista como algo que está afuera, ignorando las realidades simples y particulares de lo que pasa en casa y la violencia doméstica que se experimenta día a día. Es decir que,  podemos ver con las ideas de Galtung, hay una carencia en la visión de la “fotografía de paz”, ya que la premisa desde donde este concepto es explicado es completamente excluyente de la realidad con la que más del 50% de la población mundial se enfrenta (Confortini, pa. 19).  

Uno de los ejemplos que estipula la autora es la prostitución y pornografía, mismas que han sido evaluadas, sansionadas y resuladas desde una visión heteropratiarcal. Dejando así de lado la posibilidad de que las mujeres tomen decisiones bajo sus propios criterios y condiciones particulares. Con este ejemplo, Confortini, busca estipular que las normatividades que buscan la construcción de paz tienen que venir desde la protección de la mujer como eje central, basado en sus necesidades y su autodeterminación (Confortini, pa. 22).

Finalmente, la autora nos dice que la violencia directa es una herramienta para construir, perpetuar y reproducir la violencia estructural. Este tema no sólo atañe a la paz positiva y negativa, sino también a todo lo referente a la violencia de género. Con el ejemplo de la violación, la autora nos explica que, mucho más que ser un acto de aberración individual ayuda a perpetrar la ideología e inequidad de que el hombre es superior (Confortini, pa. 24).

La conclusión final, y desde mi perspectiva personal sumamente enriquecedora, es sumar los estudios de paz, los inigualables aportes de Galtung y las teorías feministas para poder tener una solución más completa, enfocada y coherente con la realidad que vivimos hoy en día. Así, de esta manera, no dejar de lado ningún elemento que conforman el sistema y la estructura en donde vivimos (Confortini, pa. 33).

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