México Lidera el Ranking de Delincuencia Organizada

Burgarin, Inder. 2019. “México lidera ranking en delincuencia organizada”. El Universal, 28 de septiembre de 2019.  https://bit.ly/2mop4pPEnhancing Africa’s response to transnational organised crime (ENACT). 2019. Organised Crime Index Africa 2019. https://bit.ly/355uZ4F

*Esta es una síntesis anotada realizada por CIPMEX sobre el texto arriba referido*

El artículo de El Universal revela que ningún mercado delictivo africano supera al mexicano, de acuerdo con el Índice de Delincuencia Organizada elaborado por el Enhancing Africa’s response to transnational organised crime (ENACT). Es por esta nota que CIPMEX se dio a la tarea de buscar dicho Índice y realizar una annotation sobre el mismo.

El Índice de Delincuencia Organizada se publica como una parte integral del programa ENACT[1], financiado por la Unión Europea (EU), que mejora la respuesta de África a la Delincuencia Organizada Transnacional, implementado por un consorcio compuesto por el Instituto de Estudios de Seguridad (ISS), INTERPOL y la Iniciativa Mundial contra las Organizaciones de Crimen Organizados Transnacional (ENACT 2019, 8). Dicho índice tiene como objetivo catalizar un diálogo, ofrecer una nomenclatura y un marco en común para comprender el desafío, ayudar a enfocar la agenda en prioridades urgentes y brindar orientación sobre cómo responder. El modelo de índice está compuesto por dos componentes principales: criminalidad y resistencia (ENACT 2019, 9). Esta iniciativa de la Unión Europea es coherente con sus esfuerzos ya desde hace años por combatir el crimen organizado en su territorio[2], y ahora con este índice, también en sus vecinos.

Metodología (ENACT 2019, 41-43): Ningún estado o comunidad experimenta el crimen organizado de la misma manera. Tienen diferentes vulnerabilidades y distintas fuentes de fortaleza institucional. Una innovación primaria del Índice de Delincuencia Organizada de ENACT, por lo tanto, es unir los conceptos de criminalidad y resiliencia. Esto con el objetivo de ofrecer un modelo que proporcione una imagen matizada de la criminalidad, que describa diez mercados criminales (mercado penal, trata de personas, tráfico de armas, delitos de flora y fauna, crímenes de recursos no renovables, comercio de heroína, cocaína, cannabis y drogas sintéticas) y cuatro tipos de actores criminales (grupos de estilo mafia, redes penales, actores integrados por el estado y actores extranjeros). Paralelamente con una evaluación de 12 indicadores de resiliencia (políticas y leyes nacionales, cooperación internacional, integridad territorial, actores no estatales, cumplimiento de la ley, liderazgo político y gobernanza, antilavado de dinero, entorno regulatorio económico, sistema judicial y detención, transparencia y responsabilidad del gobierno, prevención y apoyo a las víctimas y testigos), formando los pilares de un enfoque holístico de resiliencia que los países necesitan para responder al crimen organizado de manera efectiva. Este índice es novedoso, ya que se considera también el antídoto (la resiliencia) para ir poniendo fin al crimen organizado.

Marco teórico: El Índice de Delincuencia Organizada se ha desarrollado a través de una revisión de la literatura que abarca más de 3 000 artículos académicos, unos 1 300 informes de políticas y más de 8 000 artículos de noticias. Utiliza 49 fuentes de datos subyacentes y se basa en 26 indicadores. Está informado por la experiencia y el aporte de más de 200 colaboradores.

Hallazgos:

El hallazgo principal de este Índice es que, independientemente de los niveles actuales de criminalidad, diversidad geográfica, economía o calidad de gobernanza, los países africanos muestran niveles muy bajos de resiliencia a la amenaza.  En todas las regiones (incluyendo África), el puntaje de criminalidad supera el de resiliencia (ENACT 2019, 12.

Un análisis de los puntajes de resiliencia (ENACT 2019, 12) sugiere que, si bien la mayor inversión parece haberse realizado en la construcción de la arquitectura para responder al crimen organizado, por lo que, sí existe cierta voluntad política. Sin embargo, la implementación es débil, lo que socava la capacidad de recuperación del país. Los sectores de justicia penal y seguridad, particularmente el control fronterizo y la aplicación de la ley, son los indicadores de resiliencia que muestran los puntajes más altos, mientras que el apoyo y la prevención de víctimas y testigos son insignificantes o inexistentes. Al parecer los actores no estatales están llenando vacíos en la provisión y respuesta del estado.

El Índice mide 65 países de los cuales 11 no son africanos, entre éstos está incluido México, Canadá, Japón, Reino Unido, Colombia, Australia, entre otros, que son seleccionados con fines científicos para mostrar un diversificado mosaico geográfico y étnico (Burgarin 2019, pa. 6).

México está clasificado en el rubro de alta criminalidad y baja resiliencia (ENACT 2019, 34). Asimismo, ocupa el tercer lugar en criminalidad (con 7.38 de 10) detrás de Colombia y Nigeria (ENACT 2019, 117); el primer lugar en mercado criminal (calificación de 8.25 de 10) (ENACT 2019, 118); el 13° posición en actores criminales (con 6.50 puntos de 10) (ENACT 2019, 122); y el número 29 en el puntaje de resiliencia (calificación de 4.33 de 10) (ENACT 2019, 124). Las mejores cifras para México se registran en cooperación internacional, legislación y políticas nacionales, mientras que los peores resultados son liderazgo político y gobernabilidad, apoyo a las víctimas, prevención e integridad territorial (Burgarin 2019, pa. 11). México a pesar de firmar la mayor cantidad de tratados internacionales al respecto, en la práctica deja mucho que desear.

Según, una de nuestras annotation[3] señala que México es un país muy atractivo tanto para el crimen organizado transnacional como las empresas extranjeras. Esto comprobado por varios factores como la ubicación geográfica (cerca del mercado más grande del mundo EUA), la infraestructura, los puertos, etc. Sin embargo, el creciente poder del crimen organizado y su actividad criminal diversificada ha llevado a una violencia generalizada que tiene un impacto negativo en la economía legítima, el fortalecimiento de sus instituciones y en el bienestar de la población. Además, en otra annotation[4] nos muestra la importancia de tener base de datos confiable y robusta para poder realizar acciones en contra del crimen organizado en México.

Análisis de los niveles de criminalidad y resiliencia:

  • 20 países africanos (37%) experimentan altos niveles de criminalidad y una baja resiliencia. Estos coinciden a menudo con los estados frágiles y en conflicto del continente (ENACT 2019, 13).
  • Otros 20 países (otro 37%), se encuentran con baja criminalidad y baja resiliencia, un escenario comprensible, ya que la ausencia de mercados y actores criminales significa que hay poca necesidad de establecer unidades especializadas para responder. Sin embargo, es necesario que esto estados tomen precauciones, monitorear de cerca la amenaza y realicen acciones de prevención (ENACT 2019, 14).
  • Sólo tres países (Kenia, Sudáfrica y Nigeria) tienen alta criminalidad y alta resiliencia (ENACT 2019, 14).

Resultados:

  • Los países africanos con mejor puntaje son Cabo Vede, Mauricio, Botsuana, Senegal y Etiopía; mientras que los de peor son Somalia, Sudán del Sur y República Centro Africana (Burgarin 2019, pa.10).
  • El crimen con mayor puntaje en el continente es el de la trata de personas[5] (5.36). Le sigue el tráfico de armas (5.24), comercio de cannabis (5.17) y tráfico de personas (4.47) (ENACT 2019, 15).
  • El análisis de los actores criminales proporcionó algunos descubrimientos como (ENACT 2019, 18):
    • La corrupción y el crimen organizado van de la mano.
    • Los actores integrados por el estado son los que dominan, mientras que la influencia de los actores estatales violentos (organizaciones del crimen organizado) es casi completamente insignificante. En cambio, es una combinación de actores integrados en el estado en el nivel más alto del país, trabajando en conjunto con las redes criminales, que son los más responsables de conducir el comportamiento ilícito y se percibe que causan el mayor daño. Además, los países con puntajes más altos para los actores integrados en el estado tienden a ser de naturaleza autoritaria.
    • Existe una fuerte correlación entre los mercados criminales y los actores criminales.

En conclusión (ENACT 2019, 19), el Índice de Delincuencia Organizada revela que, algunos de los estados con más resiliencia se encuentra ubicados junto a países que demuestran altos niveles de delincuencia, y muchos de éstos logran protegerse con éxito de la criminalidad de sus vecinos. Si bien aún no se puede ver la relación precisa entre criminalidad y resiliencia, se espera que, con el tiempo, este Índice ofrezca un medio para analizar sistemáticamente y comprender mejor estas dinámicas de resiliencia, y para ayudar a los responsables políticos a encontrar medios para fomentarlas.

En otra annotation[6] más a nivel global asegura que el surgimiento de actores no estatales como redes terroristas y cárteles de droga son un riesgo, ya que desestabilizan el orden entre y dentro de los estados. Por lo tanto, el crimen organizado amenaza la seguridad internacional y no solo la local o regional. Entonces, es necesario que los actores del sistema internacional promuevan acciones más creativas y cooperativas entre los estados para erradicar los grupos del crimen organizado transnacional. Este índice es un avance, pero desde mi punto de vista, las acciones de los estados son más lentas que las de las organizaciones.

CIPMEX podría recomendar otro sector que en este informe no se menciona, la perspectiva que tiene la sociedad acerca del crimen organizado, ya que muchas veces se mantiene vivo por la relación tan cercana que tiene con la sociedad, porque les brindan la protección, trabajo y los servicios necesarios para la supervivencia, mismas que deberían de ser satisfechas por el estado. Asimismo, la forma en cómo los medios de comunicación[7] están transmitiendo las noticias muchas veces no fomentan la construcción de paz, sino lo contrario.  

 

[1] ENACT lleva a cabo una investigación profunda a nivel continental, regional y nacional, publica estudios, resúmenes de políticas y observadores breves para monitorear las tendencias del crimen organizado, y trabaja para involucrar a los formuladores de políticas y desarrollar la capacidad de los profesionales y los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley. El programa ENACT tiene como objetivo alentar a las comunidades internacionales y regionales a alejarse de una respuesta dirigida exclusivamente por la justicia penal al crimen organizado, y hacia un paquete más integral de políticas que puedan ayudar a mitigar el impacto del crimen organizado, desarrollar la resiliencia local y limitar los incentivos para los participantes del mercado (ENACT 2019, 8).

[2] European Police Office. 2017. “European Union Serious and Organised Crime Threat Assesment, Crime in the Age of Technology”. EUROPOL. https://bit.ly/2n78auo

[3] Stewart, Scott. 2018. “How the Globalization of Mexican Business Helped Spread Crime”. Stratfor. https://worldview.stratfor.com/article/how-globalization-mexican-business-helped-spread-crime

[4] IEP. 2018. “Índice de Datos sobre Homicidios: Resultados 2018”  Institute for Economics and Peace, (agosto): 1-36. https://bit.ly/2PBLhOx

[5] Abarca delitos que van desde la explotación laboral y sexual, hasta el secuestro para obtener rescate y la mendicidad forzada y el matrimonio forzado.

[6] Haas, Richard. (2019). “How a World Order Ends. And What Comes in Its Wake”. Foreign Affairs, 98(1), 22-30. Disponible en: https://fam.ag/2GkXvXk

[7] Warketin, Gabriela. 2018. “De monstruos, medios y periodismo urgente” El País. https://bit.ly/2CLQ1u5

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