El fin de un orden mundial y lo que vendrá

Haas, Richard. (2019). “How a World Order Ends. And What Comes in Its Wake”. Foreign Affairs, 98(1), 22-30. Disponible en: https://fam.ag/2GkXvXk

*Esta es una síntesis anotada realizada por CIPMEX sobre el texto arriba referido*

El autor comienza describiendo cómo surge un mundo estable (2019, 22): primero, sucede después de una gran convulsión; segundo, requiere una distribución estable de poder; tercero, aceptación general de las reglas nuevas; y cuarto, una política internacional habilidosa para sortear los obstáculos. Mantener un orden estable necesita diplomacia creativa, instituciones funcionales y acción efectiva para ajustarlo a las circunstancias de cambio. Estas características describen cómo han surgido los diversos órdenes internacionales. También podemos comenzar a entender cómo el actual escenario muestra rasgos de que las condiciones de “mundo estable” están desvaneciéndose.

A pesar de que todo orden llega a su fin, se puede evitar que este proceso sea calamitoso; pero es necesario que los actores reconozcan que el antiguo orden jamás regresará y los esfuerzos por resucitarlo serán en vano (2019, 22-24). Para mostrar un ejemplo de violento cambio de orden, el autor escribe sobre el establecimiento del Concierto de Europa que surgió a partir del desorden y caos, logró hacer cooperar a las diversas potencias y su fin se relacionó a las grandes guerras del siglo XX. Es muy relevante este ejemplo, ya que el autor nos dice que nos sirve como modelo de seguridad colectiva en un mundo multipolar; cada país cooperaba porque tenían intereses que se alineaban con la existencia del orden.

Según el autor, el crecimiento y caída de actores internacionales preponderantes son lo que determinan la relevancia de un orden, porque los cambios en fuerza económica, cohesión política y poder militar determinan lo que un Estado puede y decide hacer más a allá de sus fronteras (2019, 24). Esto explicaría el temor de EUA a China, ya que está por suplantarlo como líder económico internacional, su régimen tiene fuerte control político interno y ha aumentado su capacidad militar logrando la posibilidad de retar su liderazgo.

Haas asegura que con el fin de la Segunda Guerra Mundial surgieron dos ordenes internacionales paralelos: el primero, el que corresponde al escenario de Guerra Fría entre EUA y la URSS. Segundo, el nuevo orden liberal impulsado por países democráticos y el intercambio comercial (2019, 26-27). El autor no menciona si al terminar la Guerra Fría ese orden terminó o continuó. Por lo que escribe más adelante, podemos asumir que ese orden continuó, aunque en un escenario postconflicto.

Sin embargo, el autor asegura que ambos órdenes están deteriorándose (2019, 27-28). El mundo occidental falló en integrar a Rusia al orden liberal y sus constantes retos al orden internacional lo demuestran (invasión a otros países, apropiación de territorio, agresiones, intervención en procesos políticos ajenos, etc). El orden liberal está sufriendo con el surgimiento del autoritarismo, con obstáculos cada vez más recurrentes al libre comercio, resentimiento a EUA por usar su economía como arma a través de sanciones, incapacidad del Consejo de Seguridad para responder a los retos actuales, armas nucleares en arsenales de diversos países y la Unión Europea sufriendo un proceso de desintegración por el Brexit (2019, 27). En este fragmento habla de los síntomas de la descomposición de ambos órdenes actuales, pero no aclara si ambos se relacionan o llegan a influirse entre sí. Claramente, una diferencia entre el escenario de Guerra Fría y el actual es la presencia de más potencias internacionales con armas nucleares, pero también algunos de esos actores son un riesgo para el orden liberal. Podríamos cuestionar a Haas si realmente son dos órdenes o es uno sólo encabezado por EUA ejerciendo su influencia a través de orden económico y fuerza militar.

Haas retoma el argumento de que los cambios de poder son causa de cambios de orden y asegura que el actual no ha podido adaptarse al crecimiento de China. Más interesante aún, asegura que el surgimiento de actores no estatales como redes terroristas y cárteles de droga son un riesgo, ya que desestabilizan el orden entre y dentro de los Estados (2019, 28). Este es un punto muy interesante, ya que esto elevaría el combate al crimen organizado y medidas antiterrorismo como puntos de suma importancia para la seguridad internacional, no sólo deben ser vistos como fenómenos locales o regionales. Hemos estudiado cómo el crimen organizado y redes terroristas se relacionan y cooperan entre sí. Percibir estos actores como amenazas al orden internacional debería promover acciones más creativas y cooperativas entre los Estados para erradicarlos.

La globalización también ha desestabilizado el orden, ya que sus diversos factores han causado desigualdad y malestar que dieron pie a nacionalismos y populismos (2019, 28). Las instituciones internacionales no se han adaptado a los cambios y no han podido generar marcos comunes sobre cambio climático y ciberataques. Tenemos diversas annotations sobre la falta de consenso internacional en ciberseguridad y cómo esto podría facilitar malentendidos y permisión de ciberataques que provocarían mayores conflictos directos.

Según el autor, el orden actual está acabado y será imposible revivirlo, pero podemos aprender del Concierto de Europa para evitar que el desenlace sea igual de violento (2019, 29). Para lograr este cambio tranquilo, EUA tendría que tomar diversas medidas que ataquen los problemas antes mencionados, incluyendo continuar los intentos de acercar a China al orden liberal. De no ser así, las alternativas no son agradables según el actor (2019, 29); un orden chino iliberal y autoritario, un orden liberal liderado por potencias medias (Europa y Canadá) sin fuerza militar, o un mundo proteccionista, nacionalista y populista semejante al actual.

Es muy interesante observar cómo Haas escribe sobre el inevitable fin del actual orden en comparación a lo que escribió en su reciente libro “A World in Disarray”[1],donde detalla que EUA seguiría liderando a menos que tomara acciones contraproducentes. Ese libro se publicó poco después de las elecciones presidenciales, por lo que su texto no aborda la actual administración. Trump ha tomado exactamente las acciones que Haas argumentó como posibles causas del distanciamiento de EUA y nuevo liderazgo chino. Retomando el actual artículo de Haas, podríamos argumentar que, en la lógica de Richard Haas, Donald Trump ha sido el catalizador interno del fin del actual orden mundial.

*Si desea leer el texto original del autor referido, puede consultar este enlace: https://fam.ag/2GkXvXk

[1]Haas, Richard. 2017. A World in Disarray. New York: Penguin Random House.

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