#CoronaYihad

Por Andrea Muhech. Publicado en Cultura Colectiva el 25 de mayo del 2020. Enlace original:https://bit.ly/2M0m4sH

Las teorías de conspiración son relevantes sin importar lo absurdas que sean ya que su fácil asimilación las hace accesibles para cualquiera. Por otra parte, estas nacen cuando el mundo necesita explicaciones. 

Se ha comprobado que las teorías de conspiración son muy populares entre radicales y personas en proceso de radicalizarse. Como es natural debido a la magnitud y el impacto de la crisis actual, las más recientes son sobre el coronavirus, y como llevo meses sumergida en estos temas, te voy a platicar lo que está pasando en varios países y más específicamente en la India, nuestro caso de estudio el día de hoy: la pandemia se ha convertido en otra teoría conspirativa islamofóbica, la “#CoronaYihad” (para que me creas, escribe ese hashtag en Twitter). 

Como seguro ya escuchaste por ahí, crisis significa también oportunidad, y ahora estamos presenciando una muy grande para muchos extremistas de lanzar otro ataque hacia la comunidad musulmana. Un objetivo del gobierno de Modi es diluir la influencia del Islam y esto no es ningún secreto a pesar de que sean la tercera comunidad musulmana más grande del mundo con 200 millones de personas (Mizrahi 2020). Hoy en día, la guerra física, verbal y psicológica en contra de ellos alcanza un pico que no hace más que segregarlos más de lo que ya están y hacer de su vida una misión imposible. ¿Por qué? Porque supuestamente ellos son los culpables de que el covid llegara al país. 

Todo comenzó cuando se difundió la noticia de que cientos de personas que habían asistido a una reunión de Tablighi Jamaat, un movimiento religioso islámico, dieron positivo en el virus y una gran cantidad de individuos viajaron desde fuera para asistir. Ese evento fue a mediados de marzo (cuando el gobierno no había impuesto aún medidas para combatir la pandemia) y se convirtió en una justificación para crear una columna de casos relacionados con ellos en las sesiones informativas diarias. Eso, ha establecido en las mentes de la sociedad local (y global) la impresión de que los principales culpables son musulmanes y ahora todos los que practican esa religión son vistos como portadores potenciales del virus y, por lo tanto, son rechazados con odio (Apoorvanand 2020).

Los medios de comunicación están repletos de imágenes de musulmanes escupiendo sobre verduras, lamiendo platos y untando saliva en las superficies; se han reportado ataques violentos en contra de la comunidad desde diferentes partes del país; se están organizando reuniones cerradas para discutir la prohibición de su entrada; hay personas monitoreando los los puntos de accedo a ciertas zonas para evitar su ingreso; a los vendedores nadie les compra porque nadie los quiere tocar y se les pide incluso que dejen de vender, etc (Apoorvanand 2020).

Ahora bien, con respecto a la metodología de medición, expertos en todo el mundo han declarado que existe un sesgo, ya que al buscar agresivamente a miembros de una congregación para aplicarles cientos de pruebas en comparación con las que se le aplican al resto de la población (de 1,339 millones de habitantes en la que los 200 millones de musulmanes son minoría), está claro que se van a registrar mayores números en la comunidad de enfoque y eso es lo que está pasando (Apoorvanand 2020). Como las muestras no son representativas, las cifras no son confiables ni se pueden generalizar. 

Volviendo al tema, el evento de Tablighi Jamaat fue sólo una de las muchas congregaciones que ocurrieron a mediados de marzo, en ese momento el parlamento seguía funcionando con normalidad, y casi 1.5 millones de personas ingresaron al país sin evaluación de enero a ese mes. Los invitados a la reunión en cuestión son una minoría al igual que los que profesan el Islam en la India (Apoorvanand 2020). 

El entusiasmo y éxito de la campaña anti-musulmana es un fenómeno muy preocupante y se suma a las teorías de conspiración (de la extrema derecha en este caso) ya existentes. En estas, los musulmanes se reproducen sin parar para lograr superar en número a los hindúes y «contaminar» la tierra. Ahora bien, como la comunidad ya era vista como una llena de agresores hacia su “Madre India”, fue muy fácil insertar la teoría de que la infección es a propósito o es su culpa. 

Mientras el gobierno se preocupa por otras cosas, hay una comunidad fuertemente discriminada y convirtiéndose literalmente en un enemigo intocable. Eso, sin duda, tendrá repercusiones más allá de las económicas y de las que se pueden ver ahora. Todos estamos cansados de recibir noticias desalentadoras, pero si se minimizan este tipo de fallas estructurales en la India o el rincón del planeta que sea, más problemas surgirán (ejemplo: radicalización de las minorías segregadas por los radicales del otro lado que las ven como enemigos y no hacen esfuerzo alguno por integrarlas, como un círculo vicioso). En este caso estamos hablando de la persecución de la minoría religiosa más grande de la India. Sin embargo, este es otro ejemplo del desprecio en contra del diferente y desgraciadamente, como podemos comprobar en la historia, esas prácticas no dejan nada positivo para el futuro.

Podemos vencer al virus en los próximos meses, pero tomará mucho más tiempo vencer la enfermedad que es la fijación por llevar nuestras ideas al extremo y el sentimiento de superioridad sobre el otro.

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