Instituto para la Economía y la Paz. Índice de Paz México 2024: identificación y medición de los factores que impulsan la paz, Sídney, mayo de 2024. Disponible en http://visionofhumanity.org/resources.
*Esta es una síntesis anotada elaborada por Cipmex sobre el texto arriba referido*. Elaborada por Andrea Chavarría.
El Índice de Paz México (IPM) 2024, elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), proporciona una medición integral de la paz en México, que incluye tendencias tanto de la paz negativa como la paz positiva, al igual que análisis y estimaciones del impacto económico de la violencia. Dicho informe proporciona un parteaguas para “desarrollar nuevas y más amplias soluciones de construcción de paz para México” (IEP, 2024, p. 3).
La paz en México mejoró un 1.4% en 2023, hecho impulsado principalmente por la reducción de los homicidios. Este fue el cuarto año consecutivo de mejora después de cuatro años consecutivos de deterioro. A pesar de ello, México fue sustancialmente menos pacífico en 2023 que en 2015. Durante ese periodo, la paz en el país se ha deteriorado un 14.4% (IEP, 2024, pp. 2-3).
Los estados más pacíficos fueron Yucatán, Tlaxcala, Chiapas, Durango y Coahuila, mientras que los estados menos pacíficos fueron Colima, Baja California, Morelos, Guanajuato y Zacatecas. Gran parte de los estados con mayores deterioros en 2023 surgió de las actividades de grupos delictivos, especialmente las violentas disputas territoriales entre organizaciones narcotraficantes (IEP, 2024, p. 21).
A pesar de que los cinco indicadores del IPM mejoraron en 2023, varios subindicadores se deterioraron, como se verá a continuación:
Indicador 1: homicidios. La tasa de homicidios cayó un 5.3% en 2023, su nivel más bajo desde 2016. En 2023, hubo aproximadamente 30,500 víctimas de homicidio, lo que equivale a un promedio de unos 84 asesinatos por día, siendo las armas de fuego la principal causa. En lo referente a los homicidios desglosados por sexo, los hombres son mucho más propensos que las mujeres a ser víctimas de homicidio en México, los cuales pueden estar relacionados con las tendencias de los crímenes de la delincuencia organizada. Por el contrario, es más probable que las muertes de mujeres estén asociadas a la violencia de pareja. En particular, los feminicidios aumentaron significativamente, de 427 víctimas reportadas en 2015 a 949 en 2023, lo que representa un aumento del 98.1% (IEP, 2024, pp. 29-38).
Indicar 2: delitos con violencia. La tasa de delitos con violencia disminuyó un 0.8%, impulsada por una mejora en el robo (forma más común de delito). No obstante, en los últimos nueve años, la tasa de delitos con violencia en México se ha deteriorado en un 17.9%, impulsada por el deterioro de la tasa de violencia sexual y violencia familiar. De acuerdo con las medidas del IPM, cada día se registran en el país más de 1,150 casos de violencia sexual. Por otro lado, la violencia política ha ido en aumento durante los últimos tres años, pasando de 51 asesinatos de figuras y funcionarios gubernamentales en 2020 a 171 en 2023. Dicho aumento ha coincidido con una creciente polarización política (IEP, 2024, pp. 44-46).
Indicador 3: crímenes de la delincuencia organizada. La tasa de crímenes de la delincuencia organizada mejoró un 1.7% como resultado de una mejora en la extorsión, que mejoró un 6.5%. Todos los demás indicadores se deterioraron, siendo los delitos graves (delitos federales de tráfico de drogas y delitos cometidos por tres o más personas) el indicador más deteriorado. Desde otra perspectiva, en los últimos nueve años, la tasa nacional de crímenes de la delincuencia organizada ha aumentado un 62.4%, incremento que ha sido impulsado por aumentos en subindicadores de delitos de narcomenudeo y extorsión (IEP, 2024, pp. 38-44).
Indicador 4: delitos cometidos con armas de fuego. La tasa de delitos cometidos con armas de fuego mejoró un 2.7% en 2023. Sin embargo, en los últimos nueve años este indicador ha sido uno de los principales impulsores del aumento generalizado de los homicidios en el país. Más del 70% de las armas de fuego utilizadas para cometer delitos son contrabandeadas desde Estados Unidos (IEP, 2024, pp. 46-48).
Indicador 5: miedo a la violencia. El miedo a la violencia, que mide el grado en que los ciudadanos perciben como inseguro el estado en el que residen, registró una mejora del 1.7% en 2023, lo que significa que el 74.6% del país percibió el estado en el que residían como inseguro. Las percepciones nacionales de inseguridad generalmente han ido a la par de la calificación general de paz del país. Esta relación recíproca refleja la definición subyacente de paz del IEP, que comprende tanto la ausencia de manifestaciones externas de violencia como la ausencia de temor a la violencia (IEP, 2024, pp. 48-51).
Valor económico de la paz
El impacto económico de la violencia se define como el gasto y el efecto económico relacionados con “contener, prevenir y afrontar las consecuencias de la violencia” (IEP, 2024, p. 52). Comprende el costo económico de la violencia, tanto directo como indirecto, más el efecto multiplicador. En este sentido, el impacto económico de la violencia ha mejorado en los últimos cuatro años, siendo que en 2023 el impacto fue de 4.9 billones de pesos (USD 245 mil millones), lo que equivale al 19.8% del PIB nacional o 37,430 pesos por persona. Esto equivale a casi dos meses y medio de ingreso para el trabajador promedio mexicano (IEP, 2024, p. 52-55).
Aunque el impacto de la violencia disminuyó en 2023, equivale a más de tres veces el gasto del gobierno en desarrollo económico, seis veces mayor que las inversiones públicas realizadas en salud y más de cinco veces superior a las realizadas en educación en 2023 (IEP, 2024, p. 52).
Los datos muestran que los costos de la violencia en México son significativamente mayores que los gastos del gobierno en la contención de la violencia. En 2023, el 19.9% del impacto de la violencia en el país fue en gastos gubernamentales y gastos de protección privada, mientras que el 80.1% restante provino de homicidios, delitos con violencia, crímenes de la delincuencia organizada y miedo a la violencia. Esto difiere significativamente del impacto económico global de la violencia, que es a la inversa (IEP, 2024, p. 54).
La Paz Positiva se define como las actitudes, instituciones y estructuras que crean y sostienen sociedades pacíficas (IEP, 2024, p. 66). El IPPM se calcula utilizando una versión adaptada de la metodología global del IPP, el cual comprende 24 indicadores agrupados en los ocho Pilares de Paz Positiva. En lo que respecta al caso mexicano, la Paz Positiva se ha deteriorado un 3.7% desde 2013, en contraste con una mejora del 0.4% en la calificación regional promedio de Centroamérica y el Caribe. Esto significa que la nación se ha vuelto menos desarrollada socioeconómicamente y menos resiliente que a principios de la década de 2010 (IEP, 2024, p. 68).
El deterioro neto desde 2013 fue impulsado por cinco Pilares: Buen funcionamiento del gobierno (pilar que registró el mayor deterioro), Buenas relaciones con los vecinos, Entorno empresarial sólido, Bajos niveles de corrupción y Altos niveles de capital humano. Asimismo, dicho deterioro estuvo impulsado por el empeoramiento de las calificaciones del dominio de las Instituciones, que mide la eficacia de las organizaciones administrativas, y el dominio de las Actitudes, que captura la forma en que se interrelacionan los ciudadanos y los grupos sociales (IEP, 2024, p. 68-72).
Para enfrentar el crimen organizado y la violencia de manera más eficaz, el sistema judicial de México necesita principalmente una mayor inversión. El país tiene un promedio de 4.4 jueces y magistrados por cada 100,000 habitantes, una cuarta parte del promedio mundial. El fortalecimiento del Poder Judicial es de particular importancia para combatir los altos niveles de impunidad en México. Por otra parte, tan solo combatir los factores que impulsan la violencia no es suficiente para mantener la paz. Mejorar los niveles de paz en México requiere estrategias más amplias que incluyan abordar la corrupción y crear instituciones eficaces en las que la población confíe. Para abordar la violencia sistémica, se necesita un marco holístico de seguridad pública y construcción de paz (IEP, 2024, p. 3).