La transformación de un radical: YouTube

Rose, Kevin. 2019. “The Making of a YouTube Radical”. New York Time, 8 de junio de 2019. https://nyti.ms/304OeYr

*Esta es una síntesis anotada realizada por CIPMEX sobre el texto arriba referido*

Este artículo periodístico narra la historia de Caleb Cain, un desertor universitario que se vio amenazado por personas de extrema derecha en respuesta a un vídeo que subió a YouTube, donde mostraba su testimonio acerca de cómo él siendo liberal había sido absorbido por un vórtice de políticas de extrema derecha en esa plataforma. El contenido de tales políticas incluía teorías de conspiración, misoginia y racismo. En otras palabras, Caleb fue radicalizado por el que le llaman un “culto descentralizado” que lo convenció de que la civilización occidental estaba bajo la amenaza de los inmigrantes musulmanes y los marxistas culturales[1], que las diferencias innatas en el coeficiente intelectual explicaban las disparidades raciales, y que el feminismo es una ideología peligrosa (Rose 2019, pa. 1-6).

Rose (2019) menciona que, a lo largo de la cultura de Internet ha escuchado la misma historia en otros jóvenes. Algunos de ellos descubren videos de extrema derecha por accidente, mientras que otros los buscan (Rose 2019, pa. 7). Algunos viajan hasta el neo-nazismo, mientras que otros se detienen en formas más moderadas de intolerancia (Rose 2019, pa. 8). Esto es un reflejo de la poca paciencia que existe con el otro, actitud que puede escalar como bien se representa en la pirámide del odio[2].

La radicalización de los jóvenes está impulsada por una compleja mezcla de elementos tanto emocionales, como económicos y políticos, muchos de los cuales no tienen nada que ver con las redes sociales. Sin embargo, los críticos e investigadores independientes dicen que YouTube ha creado una peligrosa rampa de acceso al extremismo al combinar dos cosas: un modelo de negocios que premia los videos más provocativos con exposición y dinero publicitario, y un algoritmo que hace que los usuarios se mantengan pegados a sus pantallas mediante la barra lateral “siguiente”, ya que relaciona el video que se está produciendo con otros miles que son similares de forma personalizada (Rose 2019, pa. 9-11).

En los últimos años, las redes sociales han lidiado con el crecimiento del extremismo en sus servicios. Muchas plataformas han vetado a influyentes de la extrema derecha y teóricos de la conspiración, incluido Alex Jones de Infowars[3] (Rose 2019, pa. 12).

En el caso de YouTube, a principios de junio del 2019, se anunció que se estaba actualizando su política para prohibir los videos que apoyan el neonazismo, la supremacía blanca y otros puntos de vista fanáticos. La compañía también dijo que estaba cambiando su algoritmo de recomendación para reducir la difusión de la desinformación y las teorías de conspiración (Rose 2019, pa. 13). Sin embargo, el presidente Trump y otros conservadores han afirmado que YouTube y otras redes sociales están sesgadas en contra de los puntos de vista de la derecha, y han utilizado las políticas que prohíben sus contenidos como evidencia. Aquí es interesante discutir entonces, ¿qué es el libre flujo de información? ¿Qué es realmente la libre expresión? ¿Es mostrar diferentes puntos de vista sobre un tema o es hablar sobre temas que no son hirientes para algún grupo social? En fin, el hecho de que se estén prohibiendo este tipo de ideologías también nos habla de que de cierta manera se está construyendo paz al tratar de incluir a todos los grupos sociales y no alentando la polarización de la sociedad.

YouTube ha sido una gran herramienta para todas las ideologías. Sin embargo, también ha sido un instrumento de reclutamiento para grupos de extrema derecha. Esto último se respalda con la investigación hecha por Bellingcat, la cual analizó los mensajes provenientes de grupos de extrema derecha a todas las redes sociales y descubrió que YouTube es la plataforma más frecuente para hacer que las personas se radicalicen (Rose 2019, pa. 17). CIPMEX desarrolló un instrumento cuantitativo para ser aplicado a nivel nacional, y colaboró con la empresa Lexia para hacerlo. En esta investigación cuantitativa se descubrió que el 55% de los mexicanos utilizan YouTube para informarse y el 48% considera que esta plataforma es confiable. Por lo tanto, esto puede sostener la idea de Rose sobre el hecho de que YouTube es una fuente que puede llegar a radicalizar, ya que las personas confían en esta plataforma y la usan para sacar información con la cual tomaran decisiones. Evidentemente, el margen de error es que Rose habla de EUA y CIPMEX de México, no obstante, es alarmante que para ambos países YouTube es una fuente confiable de información. 

Acerca de Sr. Cain, del que se habla al inicio del texto, el autor analizó su historia de radicalización y realizó una copia de seguridad del historial de descargas en YouTube, donde se obtuvo un registro de más de 12,000 videos y más de 2,500 consultas de búsqueda que datan del 2015 (Rose 2019, pa. 19). Por ende, Rose narra la historia de Cain, desde su familia hasta cómo inició viendo videos de YouTube. Él estaba deprimido después de haber renunciado a la universidad y comenzó a busca ayuda en el mismo lugar donde buscaba todo: YouTube. En el 2014, YouTube recomendó un video de autoayuda de Stefan Molyneux, presentador de un programa de entrevistas canadiense y filósofo autodenominado, y por su parte Cain se sintió identificado con él.  El Sr. Molyneux, tiene una agenda política, la cual aboga por los derechos de los hombres y argumenta que el feminismo era una forma de socialismo y que las políticas de género progresistas estaban frenando a los hombres jóvenes. Postura que va en contra totalmente de la construcción de paz, ya que ésta se basa en la inclusión de todos y en la igualdad de género.

El Sr. Cain era un liberal que se preocupaba por la justicia social, estaba preocupado por la desigualdad de la riqueza y creía en el cambio climático. Para el 2015, Cain ya se había sumergido en las ideas de extreman derecha por medio de los vídeos de muchos autores que habla sobre dicha postura como Steve Crowder, Paul Joseph Waston y Lauren Southern, quienes eran activos en varias redes sociales, en especial YouTube. Los temas más comunes de los que se expresaban eran la libertad de expresión y el antifeminismo.

Por otra parte, durante años el algoritmo de YouTube se había programado para maximizar las veces que se veía un vídeo. Sin embargo, los creadores habían aprendido a jugar con el sistema para sacar más ganancias financieras. En respuesta, YouTube modificó su algoritmo dándole más peso al tiempo en que los usuarios se quedan visualizándolos. De esa manera, se alentaba a los creadores a que se preocuparan en hacer video de calidad, donde los usuarios se interesen y terminen de verlo. Así como,  mostrar más anuncios, lo que incrementaba las ganancias para todos. Los cambios fueron fructíferos; según un informe de 2017, el tiempo de reproducción de YouTube creció un 50% al año durante tres años consecutivos. Es preciso decir que ninguno de estos cambios pretendía beneficiar a la extrema derecho, sin embargo, los supieron aprovechar.

En conclusión, la radicalización del Sr. Cain no fue solo un suceso aislado, sino varios en su conjunto: los partidarios persuasivos como el Sr. Molyneux que utilizan redes sociales para llevar al público sus ideas, la falta de criterio por parte del Sr. Cain para comparar datos de otras fuentes y una serie de decisiones por parte de YouTube.

Por último, según Rose (2019) la cultura política ahora se basa en gran medida en plataformas de internet que cambian de forma, lo que ha hecho que cambiar las alianzas partidistas sea tan fácil, y que personas vulnerables como el Sr. Cain caigan en grupos radicales o se alejen de ellos. También es posible que este tipo de polarización esté aquí para quedarse a medida que las facciones políticas ganan y pierden tracción en línea. Asimismo, es importante destacar, que quedarse a fuera de las redes sociales también es quedar aislado del debate. Por lo que, desde mi punto de vista lo importante es el equilibrio y la mente crítica. Escuchar discursos neutrales donde se presenten distintas perspectivas como CIPMEX trata de hacer.

CIPMEX tiene un contrargumento, no siempre las redes sociales son dañinas. También es un hecho que son una fuente de información y que tienen beneficios como el que se comenta en una de nuestras annotations[4] acerca de que las redes sociales. Éstas pueden ser una herramienta útil para realizar un contacto entre dos grupos reduciendo los prejuicios y hostilidades, ya que el uso del Internet puede crear un entorno seguro, reducir la ansiedad, recortar distancias geográficas, disminuir significativamente los costos y establecer un estatus igual, así como un contacto íntimo y cooperativo. Por lo que, las redes sociales como YouTube son un arma de doble filo. Sin embargo, es un hecho que están para quedarse, el reto es saber cómo utilizarlas, mantener un equilibrio y tener mente crítica, es decir, contrastar información de otras fuentes.  

[1] El “marxismo cultural” deriva de la teoría marxista de la historia evolucionada a través de la disciplina de la historia por historiadores marxistas al irse haciendo gradualmente más ortodoxos. Normalmente, tiene una connotación peyorativa contra los jóvenes ideólogos izquierdos y Guerreros de la Justicia Social (Mises Institute, 2018).

[2] Anti Defamation League. 2018. Pyramid of Hate. https://www.adl.org/education/resources/tools-and-strategies/pyramid-of-hate-en-espanol

[3] Inforwars es una teoría de conspiración estadounidense de extrema derecha. Pero también es un sitio web de noticias falsas que pertenece a Alex Jone, la cual fue fundada en 1999 y opera bajo el sistema de libre expresión. Tal sitio tiene diferentes programas y contenido. En mayo de 2019 Facebook tomo la decisión de cerrar este tipo de páginas (Wikipedia 2019; Ximénez de Sandoval 2019)

[4] Amichai‐Hamburger, Yair, y McKenna, Katelyn Y.A. 2006. “The Contact Hypothesis Reconsidered: Interacting via the Internet”. Journal of Computer‐Mediated Communication, vol. 11, (septiembre): 825-843. Doi:10.1111/j.1083-6101.2006.00037.x

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