La insoportable levedad del pésame

Por Arturo Duque en El Sol de México el VIERNES 25 DE JUNIO DE 2021. Texto original: https://www.elsoldemexico.com.mx/analisis/la-insoportable-levedad-del-pesame-6886159.html

“Lo lamento mucho, mi más sentido pésame.” Palabras que ninguna persona está lista para escuchar en ningún momento. Palabras que cuando uno las dice, no puede siquiera imaginar una fracción del dolor y la pena que aquejan a quien recibe el mensaje. Palabras pesadas que a veces se dicen a la ligera, que con cada ocasión que las repetimos van perdiendo su carga porque la muerte nos deja de sorprender. Palabras que solamente se llenan cuando existe compasión, como lo expone Milán Kundera en La insoportable levedad del ser: “No hay nada más pesado que la compasión. Ni siquiera el propio dolor es tan pesado como el dolor sentido con alguien, por alguien, para alguien, multiplicado por la imaginación, prolongado en mil ecos.”

En lo que va de este sexenio, los familiares de más de 80 mil víctimas asesinadas han recibido el insoportablemente liviano pésame de autoridadesde todos los niveles de gobierno. Incluido el presidente, a quien hemos visto repartir pésames a diestra y siniestra tras los terribles eventos en Reynosa que acabaron con la vida de al menos 19 personas, así como lo hizo con las víctimas de lo acontecido en Salvatierra, Guanajuato, los candidatos que fueron víctimas durante el periodo electoral, la tragedia de los LeBaron y la lista continúa.

El pésame sin pesar se ha convertido en la política de seguridad pública que acompaña la militarización. Una cuarta transformación que durante la campaña de 2018 convenció a millones (entre ellos, quien escribe) prometiendo el regreso a los cuarteles, el acercamiento a las víctimas, la creación de comisiones de la verdad y la implementación de protocolos de justicia transicional. Sin embargo, se ha afanado en repetir los mismos errores de las administraciones anteriores; errores que ahora pretende consolidar con una reforma constitucional que incorporará a la Guardia Nacional en la Secretaría de la Defensa Nacional.

Desde su creación, la Guardia Nacional fue creada bajo el supuesto del mando civil. La idea era crear un órgano de policías capacitados para cumplir con sus labores sin la necesidad de involucrar a las tropas, ni las armas, ni las instituciones del ejército. Pero investigaciones realizadas por Arturo Ángel de Animal Político han demostrado que más del 80% de los miembros de la Guardia no tienen un certificado policial. De igual manera, sus armas, instalaciones, entrenamiento y cadena de mandos son militares, a pesar de que esto contraviene lo establecido en la Constitución. En pocas palabras, esta propuesta de reforma pretende hacer legal lo que hoy en los hechos es una realidad: la muerte del mando civil.

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