Publicado por El Sol de México el viernes 15 de julio de 2022. Texto original: https://www.elsoldemexico.com.mx/analisis/hacia-un-mundo-mas-pacifico-8595168.html
En México es muy común escuchar a personas decir que ya no quieren leer las noticias porque las “deprimen”. Los periódicos nos cuentan diariamente sobre asesinatos, desapariciones, ataques de odio, feminicidios y más. Hace apenas unos días se leía en algunos periódicos locales que en Tehuacán se descubrió la creación de un grupo homofóbico que busca asesinar a la “plaga” que es la comunidad LGBTQ+ en ese municipio.
Este tipo de noticias nos hablan de una sociedad profundamente violenta. Es comprensible que, llenas de impotencia y miedo, las personas prefieran cerrar los ojos y taparse los oídos frente a todo lo que ocurre, tomando distancia tanto física como emocional. Ante estos hechos, uno podría inclinarse hacia la creencia de que las personas son malas por naturaleza y que la historia del mundo está condenada a seguir repitiéndose. Conflicto tras conflicto. El mundo siempre ha anhelado el establecimiento de la paz pero no lo ha conseguido. Sin embargo, las personas constructoras de paz cuentan con una herramienta con la cual trabajan para lograr un futuro más pacífico: la educación para la paz.
El concepto de educación para la paz tiene antecedentes de siglos atrás, desde profetas como Mohammed a filósofos como Comenio del siglo XVII, que observó el importante papel de la educación para la paz. Tras la Primera Guerra Mundial, la doctora italiana Maria Montessori viajó por Europa insistiendoles a los docentes que una metodología de enseñanza que elimine la obediencia ciega hacia la autoridad, y que promoviera el amor hacia lxs demás, podía contribuir a un mundo pacífico. En el 2000, el Dr. Danesh implementó el primer programa de educación para la paz en Bosnia, cinco años después de la guerra que había dejado a la sociedad afectada por el trauma. Para el 2006, el programa había sido implementado en 112 escuelas, dirigido a más de 1.2 millones de estudiantes (Danesh, 2012).
La educación para la paz es heterogénea; implementada de diversas maneras en las diferentes sociedades. Sin embargo, la premisa que las une a todas es que, a través de los años, los niños han sido educados dentro del marco de cosmovisiones fundadas en el conflicto y que, al establecer la paz en las escuelas no como una materia sino como marco principal para la educación, podremos cultivar por fin una civilización de paz. Para muchos sonará muy idealista porque lxs estudiantes pueden aprender la violencia en el exterior. Por lo mismo, para que la educación para la paz funcione, debe ser implementada también en las familias, las empresas, y los gobiernos. Tomará tiempo, y de muchas personas que se sumen a la construcción de paz, para que nos acerquemos a un mundo más pacífico.