Publicado por El Sol de México el viernes 23 de junio de 2023. Texto original: Esto no es una precampaña – El Sol de México | Noticias, Deportes, Gossip, Columnas (elsoldemexico.com.mx)
La democracia mexicana se prepara para unas nuevas elecciones presidenciales envuelta en un contexto de “partido único”. Una situación que era común en el siglo pasado, antes de la alternancia. Y es que a un año de los comicios, la gran mayoría de las encuestas y la misma población parecen saber que la alianza de Morena se mantendrá en el poder por una infinidad de factores entre los que destacan el apoyo ciudadano, la aprobación del presidente y la inoperancia o inexistencia de la oposición. Aunque cualquier resultado es probable y las elecciones aún se deben realizar, coincido en que difícilmente nos sorprenderemos del resultado.
Esta situación otorga una gran relevancia al proceso de selección de candidatx de la cuatroté. En México, cada partido o coalición genera sus propias reglas y maneras para elegir, supuestamente bajo las reglas electorales prevalecientes, pero la coordinación de Morena encontró la manera de que sus corcholatas hagan precampaña sin hacerla. Al final de cuentas, la decisión se hará a partir de encuestas, bueno, éstas dictaminarán a la persona que presida la Coordinación de Defensa de la Transformación, ya que esta persona no será candidata hasta que los tiempos electorales lo permitan, por lo que toda esta faramalla no es una precampaña, sino un proceso interno de la coalición, aunque huela, sepa, se mueva y hasta suene a precampaña.
Y así como esto no es una precampaña, los gastos en los que incurren los no-precandidatos, no pueden ser considerados gastos anticipados. Aún me parece extraño ver espectaculares y camiones forrados con las caras de las corcholatas en anuncios que parecen de campaña, pero ya que me detengo a observar, me doy cuenta que lo que en realidad anuncian son la publicación de un libro o la portada de una revista de esas que extrañamente aparecen solo en estos tiempos pre-electorales.
Considerando las altísimas posibilidades que tendrá la persona seleccionada por la encuesta para ser presidente, podríamos pensar que esta precampaña (que repito, no es precampaña) de poco más de 2 meses tendría que ser un momento y un espacio de deliberación democrática, contraste de ideas y propuestas. Sin embargo, el acuerdo firmado por las corcholatas les invita a evitar los debates y la confrontación entre ellos, así como el hablar con “medios reaccionarios, conservadores, adversarios de la Cuarta Transformación y partidarios del viejo régimen”. Porque la unidad del movimiento va antes que todo, incluso antes que los ideales de la democracia.
Quizá es injusto pedirle a Morena que realice un proceso más abierto al diálogo, pues en su momento sí habrá campañas y debates frente a la inoperante oposición. Pero ser el monopolio de la democracia es un gran poder y (como diría el Tío Ben) eso lleva una gran responsabilidad.