Por: Jorge Ochoa Uriostegui
Publicado en El Sol de México el 5 de julio de 2019. Enlace original: https://bit.ly/2Sa6c9n
La globalización está siendo atacada por un sector de la población mundial. En Estados Unidos Donald Trump no es la causa, sino un síntoma de un movimiento que tiene varios años gestándose.
Muchos ciudadanos estadounidenses opinan que la globalización es injusta porque las condiciones del mercado laboral empeoraron paulatinamente en las últimas décadas y la desigualdad de ingresos aumentó considerablemente. Estas condiciones en deterioro provocan que los afectados no puedan cumplir sus roles y expectativas dentro de sus comunidades y familias, por ejemplo, al no poder proveer sus necesidades. Esto genera afectaciones en el sentimiento de dignidad y de propósito que luego se convierte en ansiedad y enojo hacia la globalización.
Sin embargo, autores como Kenneth F. Scheve y Matthew J. Slaughter (2018) argumentan que la globalización, a pesar de la desigualdad, genera más prosperidad que el proteccionismo. Pero más allá de términos económicos, es importante en cuestiones de seguridad porque la apertura de los mercados facilita las relaciones pacíficas entre países, ya que los costos de disputas militares serían muy elevados por la interdependencia económica. Además, al incentivar el desarrollo económico, ayuda a la estabilidad política.
Ambos autores sugieren que la manera de solucionar los enojos del sector de la población abandonado por la globalización es transformar por completo la manera en que los gobiernos invierten en capital humano, el cual se caracteriza por niveles agregados de educación, preparación y salud. En la actualidad, el capital humano en Estados Unidos está limitado a la vida temprana, pero se tiene que transformar en una escalera de oportunidad que se extienda a lo largo de la vida adulta para ayudar a las personas a adaptarse a los rápidos cambios de un mundo globalizado. El Banco Mundial se ha interesado en este tema porque también contribuye al desarrollo económico.
Otra ventaja esencial que trae el aumentar los niveles de capital humano es que ayuda a construir y sostener a la paz. El Instituto para la Economía y la Paz lo incluye como uno de los ocho pilares de la paz, entre los cuales también se encuentra disminuir la desigualdad. Estos ocho pilares son interdependientes y crean sociedades más pacíficas y resistentes antes las crisis y los cambios.
Por lo tanto, mejorar la vida de los ciudadanos a través del capital humano es una vía que puede contribuir a salvar la globalización, impulsar el desarrollo económico y construir paz en una época en la cual el discurso de Trump está siendo replicado por otros políticos alrededor del mundo, algo que amenaza a la estabilidad global.