Aranda, Lorenza. 2018. “Constructing Corruption: Investigating Mexico’s 2017 Earthquake”. The American University of Paris. Disponible en: https://bit.ly/2L36qO4
*Esta es una síntesis anotada realizada por CIPMEX sobre el texto arriba referido*
Según este reporte, las tragedias ocurridas por edificios colapsados tras el sismo del 19 de septiembre de 2017 se debieron a la corrupción de oficiales de gobierno y constructoras privadas. Este artículo cita y muestra ejemplos de un reporte periodístico interactivo realizado por Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad[1]. Menciona que algunos edificios con estructuras antiguas fueron la base de nuevos edificios, con materiales diferentes que alteraron la estructura; es de los casos en que ingenieros y arquitectos del proyecto no revisaron ni estuvieron en el sitio de construcción (2018, pa. 6). Muchos ciudadanos han denunciado durante años la irregularidad de construcción de edificios, proyectos de construcción sin permisos e incluso de estructuras que fueron dañadas desde el terremoto de 1985; los edificios dañados simplemente fueron resanados, cubiertos y reconstruidos para venta, aparentando ser nuevos proyectos (2018, pa. 8). Esto podría provocar falta de confianza con la autoridad y un distanciamiento aún mayor entre élites y la población civil. Determinar la culpabilidad por corrupción es un proceso complejo, ya que están involucradas autoridades de diferentes niveles de gobierno, diferentes agencias o Secretarías y sector privado; por esta razón, es necesario revisar caso por caso (2018, pa. 9). Esta dificultad muestra que la corrupción está enraizada en todos los niveles de gobierno, es un fenómeno sistémico y cuando una parte es afectada, el resto también presenta efectos; al ser un problema sistémico, es más difícil implementar medidas anticorrupción y de rendición de cuentas que tengan un panorama y alcance completo. El artículo muestra un ejemplo de la constructora Canada Building Systems Mexico que retrata el proceso de cómo las constructoras pueden evadir regulaciones, revisiones e incluso la justicia corrompiendo autoridades y aprovechando el débil sistema de mecanismos de control (2018, pa. 10-19). En general, el reporte de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad y este artículo muestran cómo la corrupción puede provocar la muerte de personas aunque el fenómeno catalizador haya sido natural. A pesar de que la figura de Director Responsable de Obras (DRO) se haya creado para evitar tragedias por malas construcciones, la corrupción la ha vuelto totalmente ineficiente. Es necesaria una aproximación diferente que asegure las vidas de las personas en sus viviendas, lugares de trabajo, hospitales y escuelas.
El Instituto para la Economía y la Paz (IEP)[2]ha detectado ocho pilares que caracterizan a las sociedades más pacíficas; sin ellas de manera conjunta, es imposible construir paz. Uno de los pilares es “bajos niveles de corrupción”; sin esta condición, es imposible asegurar otros pilares: buen funcionamiento del gobierno, distribución equitativa de los recursos, libre flujo de información ni entorno empresarial sólido. La corrupción provoca una reducción de las capacidades del gobierno para gobernar y la confianza que la población tiene en él. Aún más relevante para México, es la relación entre altos niveles de corrupción y violencia material; existe cierto umbral o punto de inflexión en el que la corrupción provoca que las instituciones se conviertan el parte del problema y los niveles de violencia incrementen de manera exponencial. Según el actual Índice de Paz México 2018[3] del IEP, calificaciones bajas en buen funcionamiento de gobierno, bajos niveles de corrupción y libre flujo de información han atrapado a nuestro país en un ciclo de violencia interminable. El resultado de estos fenómenos es que México se encuentre en el lugar 140 de 163 países en el Índice Global de Paz. Por lo tanto, los casos de corrupción en construcción de edificios representan un problema más grave que las lamentables muertes del sismo de septiembre; es un fenómeno sistémico que alimenta el estado general de violencia que permea al país entero.
Uno de los propósitos del actual gobierno federal es acabar con la corrupción y la inseguridad. Será relevante medir y analizar la manera en que el combate a estos dos elementos genera condiciones de paz o no. Por otro lado, si el nuevo gobierno se enfoca completamente en medidas de seguridad y deja de lado el combate a la corrupción, no veremos disminuciones de la violencia. La corrupción y la violencia no se resolverán con acciones aisladas, sino con medidas creativas y complejas que tomen en cuenta todas las partes del problema.
[1]2018. “¿Por qué se cayó mi edificio? La corrupción y la negligencia que acabaron con vidas y patrimonio”. Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad. Disponible en: https://miedificio.contralacorrupcion.mx/
[2]Institute for Economics and Peace. 2018. “Global Peace Index 2018”. Disponible en: https://bit.ly/2sK6cR3
[3]Institute for Economics and Peace. 2018. “Índice de Paz México 2018”, pp. 3. Disponible en: https://bit.ly/2GPfTDw
*Si desea leer el texto original del autor referido, puede consultar este enlace: https://bit.ly/2L36qO4