Guerra de Historias

Kreider, Tim. 2019. «America’s War of Stories.» New York Times. febrero 9. Consultado febrero 20, 2019. https://nyti.ms/2XuFIEB

*Esta es una síntesis anotada realizada por CIPMEX sobre el texto arriba referido*

Las historias pueden ser usadas como armas de propaganda. No es una cuestión de si es verdadera o no la historia, sino de la utilidad que se le da (Kreider, 2018, pa. 1-2). En la actualidad, Estados Unidos está experimentando guerras retóricas por temas como cultura, género, ciencia, migración, policías, medio ambiente, etc. Es por eso que contar una historia verdadera en el momento equivocado puede provocar que a uno lo llamen traidor o peor (Kreider, 2018, pa. 6). Un ejemplo: los que quieren más control de armas no quieren escuchar historias de personas que protegieron a sus familias en casa con el uso de ellas. Los que se oponen al control de armas no quieren escuchar las historias en medios tradicionales acerca de balaceras masivas o asesinatos policiales. Incluso ha habido casos de personas que argumentan que la masacre de Sandy Hook fue actuada y han amenazado a los padres de las víctimas, llamándolos actores (Kreider, 2018, pa. 7-8). Todo esto lo podemos relacionar con nuestro estudio de medios debido a que algunas personas pueden alejarse con enojo de ciertos medios porque las historias que presentan no se ajustan a las verdades que ellos defienden y en las que quieren creer. A pesar de que el contexto actual en México es diferente al de Estados Unidos, sí hay polarización, por ejemplo, alrededor de AMLO. Ya tenemos una annotation[1] que ejemplifica a través de encuestas de aprobación la polarización de los ciudadanos mexicanos ante medidas tomadas por el nuevo presidente. Esto puede provocar que decir una verdad traiga efectos negativos en un público que no quiere saber o pensar en esa verdad. También demuestra que los conductores de medios tienen que tener aún más cuidado cuando cuentan una historia, ya que tiene el potencial de enfurecer a parte de su audiencia.

El problema es que introducir todo tipo de historias al discurso, como los dos ejemplos mencionados con relación al control de armas, crea un caos narrativo, desinformación y teorías de conspiración en donde cada individuo elige las verdades que le convienen (Kreider, 2018, pa. 10). Nuevamente, esto puede afectar a medios de comunicación porque las audiencias sospechan de ellos, creyendo que dicen historias falsas para apoyar ciertas posiciones en diversos temas, a pesar de que la historia sea verdad. Crea también un ambiente en el que la verdad se puede perder entre las diversas narrativas. Las estadísticas pueden ayudar a hacer sentido de tantos datos, para ilustrar en números cuánto se calienta el planeta, cuántas acusaciones de violación son falsas, etc. Pero las historias atraen más al público que las estadísticas, ya que prefieren sentir que pensar (Kreider, 2018, pa. 11-12). Esto resulta interesante porque las personas buscan cierto vínculo emocional con el tema y los números los pueden percibir como fríos.

Otro frente en el cual esta guerra de historias está teniendo lugar es en la misma narrativa histórica de Estados Unidos. ¿Fueron un país fundado como un paraíso para los blancos o como una nación de inmigrantes? Se encuentra ya presente esta guerra en muchos aspectos de la vida estadounidense (Kreider, 2018, pa. 13-16)

*Si desea leer el texto original del autor referido, puede consultar este enlace: https://nyti.ms/2XuFIEB

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