Publicado por El Sol de México el viernes 4 de agosto de 2023. Haz click para leer el texto original.
El asombro es el sentimiento que tenemos ante algo grandioso que desafía nuestra comprensión del mundo, para bien y para mal. La capacidad de sentirlo, sin embargo, parecer ser cada vez menor para la mayoría de las personas.PUBLICIDAD
Hoy en día la tecnología nos permite estar enterados de lo que pasa en el mundo en minutos. Esto es algo que, en teoría, debería acercarnos a otras personas. No obstante, la empatía sigue disminuyendo a nivel mundial (Psychiatric Times, 2022) y ya no tenemos capacidad de asombro, todo lo que sucede se une a la lista de cosas que nunca pensamos ver.
Hace un par de días, el secretario general de la ONU anunció que hemos pasado de “calentar” a “hervir” el planeta y la reacción fue indiferencia (The Guardian, 2023). El mundo sigue como si nada estuviese pasando. Nada nos sorprende, ni nos agobia como debería, es solo una cosa más entre millones. La guerra en Ucrania continúa, la violencia de género no para, hay hambrunas en África y para todos los que esa no es nuestra realidad, son simplemente números.
¿A qué debemos esto? Se puede leer de diferentes formas, por un lado, la cantidad de hechos históricos que hemos pasado en años recientes definitivamente ha disminuido nuestra sensibilidad. Recibimos tanta información constante sobre desastres naturales, enfermedad, muertes, violencia y hechos sin precedentes que todo se diluye y pierde impacto. Ya no sentimos la pérdida y el miedo como nuestro, no hay empatía.
La realidad es que la mayoría de la gente tiene problemas más inmediatos en que pensar y no se pueden dar el lujo de invertir energía en cosas que, en apariencia, no les afectan directamente. Esta reacción es natural y es parte de un mecanismo de defensa que nos permite seguir viviendo; si todo nos impactara como debería, el mundo se paralizaría.
Sin embargo, esta falta de conexión y empatía solo contribuye al círculo vicioso que nos ha permitido llegar hasta aquí. No solo afecta a causas como el cambio climático o problemas globales, se extiende a todos los aspectos de la vida. Nos separa, nos hace más individualistas y nos hace dejar de cuestionar todo aquello que no nos afecta a nivel personal.
Nada en el mundo se ha construido por una sola persona, somos seres sociales que prosperan en comunidad y no debemos olvidarlo. Desde problemas que nos afectan a todos, hasta cosas que nos pueden parecer lejanas. ¿Por qué esperar a que un problema nos toque a la puerta para reaccionar? No nos desconectemos de lo que nos hace humanos.