Publicado por El Sol de México el viernes 1 de abril de 2022. Texto original: https://www.elsoldemexico.com.mx/analisis/las-soluciones-incorrectas-8074436.html
No es sorpresa que nuestro país se enfrenta a una ola constante de violencia: feminicidios, secuestros, asaltos, peleas en estadios que terminan en masacres. No obstante, buscamos soluciones incorrectas a problemáticas sistémicas. Tal es el caso de una nueva propuesta de iniciativa de ley que prohíbe el acceso a los estadios a personas con antecedentes penales, una solución que solo estigmatiza a un grupo vulnerable.
La cárcel ha sido la respuesta a la violencia durante mucho tiempo en nuestro país. Sin embargo, los objetivos de los centros penitenciarios no siempre se cumplen. Por un lado, se busca castigar a las personas que delinquieron, por el otro, se busca la reinserción de las personas privadas de su libertad a la sociedad. Muchas veces, por la capacidad institucional que tienen los centros penitenciarios, se le da prioridad al primer objetivo.
Según la última Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad, en nuestro país existen 220,500 mil personas privadas de la libertad, de las cuales, muchas de ellas tuvieron problemas de adicciones, vivieron en un entorno violento, tuvieron dependientes económicos y trabajos que no satisfacían sus necesidades básicas.
Y es que vivir en reclusión no es nada fácil. Las personas privadas de su libertad se han enfrentado a múltiples violaciones a sus derechos humanos (encontrándose en espacios hacinados y poco dignos, con limitado acceso a atención médica y satisfactores básicos como agua potable y alimentos), y han sido revictimizadas en diversas ocasiones durante su proceso legal. Cuando cumplen su pena, se enfrentan a múltiples barreras: Conseguir una identificación oficial y luchar por su derecho a la identidad, sufrir estigmatización por sus antecedentes penales y ser rechazadas en trabajos dignos que aseguren un ingreso para proveer a sus familias y, en muchas ocasiones, estas circunstancias las obligan a regresar a los círculos de violencia en los que se encontraban previamente a su detención y que condicionan su proceso de toma de decisiones. Ahora, con esta propuesta de iniciativa, también serán juzgadas y discriminadas por su pasado al momento de querer entrar a un estadio de futbol.
La respuesta a la violencia que se vivió en el Estadio Corregidora no debe ser el negar la entrada a personas con antecedentes penales. La respuesta, es deconstruir el odio que existe hacia los otrxs, hacia lo diferente, hacia lo que nos asusta. La respuesta, es un trabajo colectivo.
Busquemos soluciones concretas a la violencia sistémica a la que nos enfrentamos. Busquemos soluciones que no promuevan el estigma y la revictimización. Busquemos soluciones para construir un México seguro, incluyente y pacífico.