Al hablar de redes sociales, muchas veces las reconocemos por sus aspectos negativos: espacios que propician la desinformación, donde impera entretenimiento superficial o incluso como vehículos para la difusión de contenido dañino; y es que, al ser espacios donde falta regulación, prosperan los discursos de odio.
Pero, al constituir una parte intrínseca de la sociedad actual, propongo los siguientes pasos para comenzar a replantear la manera en que percibimos y nos relacionamos con las redes sociales, reconociéndolas como potenciales herramientas de cambio.
Infórmate: las redes sociales, con su inmediatez y capacidad de síntesis, son un buen recurso para mantenerse informado y actualizado. Explora cuáles páginas presentan mejor la información, qué creadores de contenido aportan más a tu interés y qué temas sociales te generan mayor impacto.
Verifica la información: nunca olvides de cerciorarte de que la información que estás consumiendo sea verídica. Contrasta diferentes fuentes, analiza cómo se expone la información y la narrativa que se usa. Recuerda que compartir datos falsos puede fomentar la desinformación y el odio.
Reflexiona: conocer no es suficiente si no va acompañado de un momento de reflexión. Pregúntate cuáles son las implicaciones de la información que recibes, a qué poblaciones afecta directa o indirectamente y qué responsabilidades conlleva su difusión.
Toma acción: si formas parte de grupos o sigues cuentas que difunden mensajes de odio, lenguaje discriminatorio o contenido gráfico, permanecer en silencio te convierte en cómplice. Recuerda el poder de tu interacción en redes: cada “me gusta”, cada comentario, cada visualización se transforma en monetización. Úsalo sabiamente: apoya a cuentas que busquen cambios positivos o a personas o información que necesita visibilidad.
Comparte: Difunde páginas que ofrezcan perspectivas distintas y contribuye a que otros se informen, creando ciudadanos conscientes.
Sé crítico: Exijamos más. Tanto de figuras públicas como de aquellos que nos rodean, porque todos tenemos la capacidad de influir en cambios sociales. No olvidemos que todos somos agentes de cambio y que desde nuestro entorno podemos sembrar paz.
Las redes sociales son un espejo de los matices de nuestra sociedad. Podemos usarlas como armaspara polarizar, dividir y desinformar, o como herramientas para acercar, visibilizar y construir paz. Al final, la diferencia la marcan nuestras elecciones cotidianas. Y tal vez ahí radique la lección más importante: la paz no solo se construye con grandes discursos, sino con los pequeños gestos.