Publicado por El Sol de México el viernes 30 de diciembre de 2021. Texto original: https://www.elsoldemexico.com.mx/analisis/el-tiempo-en-espiral-7672903.html
Qué extraño es el ser humano, que construye mundos por encima del mundo físico en el que cohabita con todas las especies, pero que solo sus similares pueden alcanzar a comprender; que crea rituales, rutinas, calendarios, lenguajes, conceptos y constructos sociales para dar sentido y conexión a estos mundos. Una de estas particularidades se relaciona con la concepción del tiempo y las posibilidades que nos plantea el Año Nuevo.
Quizás nuestro primer acercamiento, como especie, con el tiempo fue en el marco de un entendimiento cíclico. Los amaneceres son seguidos por atardeceres que, a su vez, vuelven a traer al amanecer y que hoy nos dictaminan o los entendemos como el lapso de un día. Los cambios de clima y las conductas subsecuentes de la flora y la fauna, que hoy entendemos como temporadas o estaciones. Este ritmo natural, producto de un sinfín de fenómenos físicos y astronómicos que han permitido que en esta roca exista vida, nos ha permitido entender que el tiempo es cíclico.
Sin embargo, entendemos también que el tiempo es lineal. Que una pequeña semilla, puede convertirse en una planta; que un bebé crecerá para convertirse en un adulto y (quizá la realización más importante de todas) que ese adulto algún día morirá. La combinación de este marco de pensamiento en el que el tiempo es cíclico, pero también lineal, nos plantea la posibilidad de imaginar el paso del tiempo como una espiral, en la que podemos dar una vuelta completa al ciclo, pero nunca nos encontraremos en el mimo lugar que cuando iniciamos.
La celebración del Año Nuevo y la tradición de ponernos propósitos son rituales humanos que nos invitan a vernos en este mapa espiral de nuestra existencia. Nos permite cerrar un ciclo y evaluar cuánto hemos avanzado. Pero, sobre todo, nos permite plantearnos cuánto y cómo queremos seguir en el ciclo que apenas comienza.
En nombre de todas las personas de CIPMEX que colaboramos en esta columna cada viernes, les extiendo el deseo por un feliz 2022 y les invito a sumar dentro de sus propósitos de Año Nuevo el generar un ambiente propicio para la paz. Propongámonos ejercer más la escucha activa en todos nuestros círculos sociales: desde la familia, hasta la oficina. Busquemos incentivar el diálogo y cerrar la brecha discursiva con quienes creemos enemigos u opositores. Intentemos acercarnos al otro con mayor empatía. Recordemos que la construcción de paz toma tiempo, y que, para avanzar en la espiral, hay que adoptar y repetir estas actitudes día con día.