De la tendencia a la acción

Por Paola Franco

En un mundo que gira a una velocidad sin precedentes, donde las crisis sociales, ambientales y políticas parecen crecer al minuto, la juventud con su nuevo sentido de responsabilidad por la construcción de paz ha tomado un papel indispensable: alzar la voz para lograr un cambio positivo que impacte a las generaciones futuras.

Aunque el protagonismo de los jóvenes en la historia no es algo nuevo, las redes sociales como herramientas de difusión, han ayudado a cuestionar gobiernos, desafiar intereses y alentar debates sobre temas primordiales.

Un ejemplo de estos movimientos es el de Fridays For Future (FFF), fundado en 2018 por la activista Greta Thunerg. Éste tiene como foco central la crisis climática, buscando que las autoridades pongan como prioridad dentro de sus agendas la toma de acciones para limitar el calentamiento global y cumplan el Acuerdo de París. (Fridays For Future, 2020)

Asimismo, el movimiento March for Our Lives, responde al riesgo que viven los jóvenes estadounidenses que son víctimas de la violencia armada. A través del activismo digital y estrategias de cabildeo legislativo, el movimiento ha impulsado regulaciones preventivas en algunos estados y mantiene el debate sobre el control de armas en la esfera pública. (March For Our Lives, 2024)

Finalmente, en México el movimiento YoSoy132 surgido en 2012, bajo el marco de las elecciones presidenciales, fue el primero contra la manipulación mediática y en defensa de la democracia. La movilización estudiantil cuestionó la transparencia en el proceso democrático y denunció la parcialidad mediática en la cobertura electoral; rompiendo con los paradigmas de la participación ciudadana e introduciendo la democratización de los medios en la agenda pública. (Félix, 2015)

Cada una de estas movilizaciones son el resultado una problemática que afecta profundamente la construcción de paz dentro de la sociedad. El cambio climático, la transparencia democrática y el control de armas han sido temas recurrentes en las discusiones globales; no obstante, el modo en que se han abordado dichos asuntos ha sido configurado por la juventud.

La frustración como motivación principal y la urgencia por soluciones tangibles son el inicio de estas protestas. A través de la digitalización de los medios de comunicación, los movimientos captan con mayor frecuencia la atención pública, generando espacios de diálogo para construir nuevas narrativas con un nuevo enfoque para la paz.

Finalmente, la capacidad de organización, aunada al uso de herramientas digitales, sugiere que estos movimientos seguirán desempeñando un papel central en la configuración del futuro político y social del mundo.

Comentarios