Meza, Silvia Elena. 2018. «La fantasía de la meritocracia en México.» Nexos. 19 de juniio. Consultado 6 de enero de 2019. https://economia.nexos.com.mx/?p=1505#_ftn1.
*Esta es una síntesis anotada realizada por CIPMEX sobre el texto arriba referido*
Este es un artículo periodístico que hace referencia a un estudio del COLMEX[1] y a otro del CEEY[2]. Ambos estudios indican que existe una estrecha relación entre la baja movilidad social del país y los altos niveles de desigualdad. El estudio del CEEY nos posiciona en los últimos lugares del mundo en cuanto a movilidad social, ya que 7 de cada 10 personas que nacen en hogares de pobreza permanecen en esa condición a lo largo de sus vidas, mientras solamente 2 de cada 10 logran subir a los primeros niveles de la distribución (Meza, 2018, pa. 1-5) El artículo menciona que según Oxfam, México está entre el 25% de países con más desigualdad, que el 1% más rico del país acumula 24% del ingreso nacional y el 10% concentra 65% de la riqueza total. Estas condiciones de desigualdad y baja movilidad tienen raíces sociales e institucionales y un grupo particularmente afectado son las mujeres indígenas del sur del país (2018, pa. 6-7). Estas cifras y datos muestran claramente condiciones de violencia estructural, ya que las condiciones de pobreza y desigualdad están ligadas fuertemente a un marco institucional que dificulta que esto mejore y que haya movilidad social.
El informe del COLMEX toma en cuenta diferentes dimensiones para su estudio de la desigualdad; ingreso, educación, trabajo, riesgos ambientales y migración. Estudian también estas variables transversales desde una perspectiva de género y de territorio, lo cual los llevó a concluir que las mujeres sí son más vulnerables a estas condiciones, principalmente por la desigualdad de género en el ámbito laboral, donde la brecha salarial se sitúa en 14%. Los roles de género al interior del hogar condicionan también la vida laboral de la mujer en México. El CEEY estudió el contexto territorial y concluyó que la región sur del país presenta los niveles más altos de desigualdad y menor crecimiento económico, comparado con las regiones del centro y norte. El sur también tiene a la población más vulnerable (2018, pa. 8-11). Estos estudios son importantes porque tienen una aproximación holística a ambas variables y además estudian los datos desde una perspectiva de género, ampliando aún más el entendimiento que se tiene sobre la desigualdad y movilidad social. A diferencia de estudios que toman en cuenta mayoritariamente de ingreso, estos parecen tener una visión mucho más completa y, por lo tanto, apropiada.
La igualdad, en esencia, es que independiente de condición de género, etnia, lugar de origen, ingreso, o educación de los padres, es posible subir de nivel socioeconómico en base al esfuerzo propio. Pero en México, estas condiciones lejos de no importar, determinan el destino de una persona. El informe del CEEY impulsa una visión de universalidad de derechos en salud, educación, seguridad e inclusión financiera para poder generar una transformación social. Son necesarias políticas intersectoriales para atacar de manera uniforme todas las raíces de la desigualdad. Otro estudio[3], que también ya fue encontrado para CIU, utiliza una perspectiva histórica y señala que el cambio tecnológico y el régimen político son dos elementos a través de los cuales también se puede combatir la desigualdad (2018, pa. 12-20). Esto indica que así como la desigualdad y la movilidad social en México empeoran debido a la violencia estructural, es también a través del mejoramiento de dichas estructuras que incentivan estas condiciones que se puede tener avances y mejorar la situación.
Este artículo fue publicado durante las campañas presidenciales del 2018 y menciona que la desigualdad se encontraba en el centro del diagnóstico social de los tres principales candidatos, pero ninguno de los tres daba propuestas concretas o factibles para combatirla. México cuenta con un diagnóstico puntual sobre la magnitud y relevancia de la desigualdad, lo que falta es cambiar es discurso vacío y hacer políticas concretas y factibles (2018, pa. 21-22).
[1] El Colegio de México. Desigualdades en México 2018. Ciudad de México: El Colegio de México, 2018.
[2] Centro de Estudios Espinosa Yglesias. El México del 2018: movilidad social para el bienestar. Ciudad de Mexico: CEEY Editorial, 2018.
[3] Milanovic, Branko. “Income Inequality is Cyclical.” Nature 537, (septiembre 2016): 479-482. doi:10.1038/537479a
*Si desea leer el texto original del autor referido, puede consultar este enlace: https://economia.nexos.com.mx/?p=1505#_ftn1.