Galtung, violencia y género: el caso de una alianza de estudios de paz/feminismo

Confortini, Catia C., “Galtung, Violence, and Gender: The Case for a Peace Studies/Feminism Alliance”. Peace and Change: A Journal of Peace Research, 31:3 (July 2006): 333-367. https://doi.org/10.1111/j.1468-0130.2006.00378.x

El artículo está centrado en la incorporación de las teorías feministas a las teorías de la paz por medio del análisis de la teoría de Johan Galtung para enriquecerla (Confortini 2006, 1). Confortini menciona que el feminismo y los Estudios de la Paz tienen mucho en común y no pueden ignorar las contribuciones que cada uno puede hacer al campo de la otra. Dichas contribuciones tienen implicaciones importantes para los estudios de paz, ya que para generar una sociedad libre de violencia es necesario tomar en serio el género como una categoría de análisis.

Las feministas han teorizado de diversas formas sobre los temas de la guerra y la violencia, y han encontrado vínculos y continuidades entre todas las formas de opresión. No obstante, no existen teorías que hablen de diferentes tipos de violencia como es el caso de Galtung. Por un lado, el triángulo de violencia de Galtung mantiene un enfoque crítico sobre los sistemas y estructuras de desigualdad, al mismo tiempo permite la discusión de las diferencias e identidades, que es un tema importante para el feminismo. Por otro lado, el feminismo contribuye a la teoría de Galtung al abordar seriamente cuestiones de poder y género, que son esenciales para comprender la violencia como un proceso a través del cual las relaciones sociales de poder se construyen, legitiman, reproducen y normalizan. Al considerar el género como una construcción social, una teoría de la violencia sensible al género disipa el mito de una feminidad pacífica o propensa a la paz (y, en consecuencia, una masculinidad guerrera o propensa a la guerra). Entonces podemos ver que existe una variedad de masculinidades y feminidades, que experimentan la violencia en diferentes términos y desde diferentes posiciones de poder.

Por lo que, la autora identifica cuatro posibles contribuciones interrelacionadas pero distintas del pensamiento feminista a la teoría de la violencia de Galtung. Primero, argumenta que la teoría de Galtung se beneficiaría de una comprensión del género como una construcción social que encarna las relaciones de poder, más que como un sinónimo de sexo. En segundo lugar, esta comprensión feminista permite ver cómo varias categorías que dan forma y sentido a la vida social están profundamente relacionadas con el género y están involucradas en la producción y reproducción de la violencia en todos los niveles. En tercer lugar, muchas feministas ven el lenguaje como constitutivo de las relaciones sociales y han demostrado con éxito que el lenguaje refleja y reproduce las relaciones de género existentes. En otras palabras, la violencia o la paz pueden constituirse a través del lenguaje. En cuarto y último lugar, los trabajos feministas recientes sobre masculinidades han presentado evidencia de que la violencia está profundamente implicada en la construcción y reproducción de las relaciones de género, y en particular en la construcción y reproducción de la masculinidad hegemónica (Confortini 2006, 12-32).

En conclusión (Confortini 2006, 32-34), la autora realizó un análisis de la teoría de género de Galtung con “lentes de género” y al hacerlo comprobó que la alianza entre los estudios de paz y el feminismo es algo positivo para ambas teorías. Dichos lentes también permiten que veamos cómo los tres componentes del triángulo de la violencia postulados por Galtung (violencia directa, estructural y cultural) están relacionados entre sí, y contribuir a la preservación de la violencia en la sociedad. Los diferentes niveles de violencia no pueden ser vistos de forma aislada entre sí, y no pueden ser vistos como independientes de la construcción de identidades hegemónicas, ya sean masculinidades o razas hegemónicas. Por último, la violencia no es una entidad estática: implica cambios constantes y adaptación a la nueva sociedad. La violencia como proceso y está constituida por relaciones de poder de género. Por lo que, los diferentes niveles en los que se manifiesta la violencia no pueden separarse del género. El ponerse lentes de género podemos ver otras perspectivas que jamás habíamos pensado. La frase “lentes de género” me recordó a la labor que está haciendo Tania Naanous con Lentes Púrpura.

Así como Confortini, CIPMEX en su última investigación “Género y privación de la libertad” hacemos hincapié en que no es posible alcanzar la paz si no tomamos en cuenta a la mitad de la sociedad (las mujeres). Basándonos en que, los países más pacíficos del mundo son los mismos que tienen mayor igualdad de oportunidades para las mujeres y son tomadas en cuenta. En otras palabras, a mayor perspectiva de género mayores índices de paz. Hay mucho por hacer con respecto a este tema, pero podemos comenzar con analizar cómo hablamos para modificarlo y así contribuir a la construcción de paz con perspectiva de género.

Finalmente, en mi opinión, me hubiera gustado que la autora añadiera ejemplos prácticos y hacer de la discusión algo menos teórico.

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