Rose, Gideon. (2019). “The Fourth Founding”. Foreign Affairs, 98(1), 10-21. Disponible en: https://fam.ag/2EmqKX9
*Esta es una síntesis anotada realizada por CIPMEX sobre el texto arriba referido*
Este artículo trata sobre los orígenes, estado actual y riesgoso futuro del orden liberal internacional establecido por EUA. Inicia explicando que EUA fue fundada como un experimento radical que determinaba la libertad de los individuos como pieza clave para evitar anarquía, uniéndose y cooperando para el beneficio colectivo; este acto fue considerado por los fundadores como la única fundación de un gobierno civil (2019, 10). Hemos visto que los escenarios “win-win” pueden generar cooperación entre los actores, no sólo el miedo. Después del expansionismo de EUA en el siglo XIX, EUA comenzó a utilizar la idea de cooperación entre países autónomos para lograr integración y prosperidad; es decir, llevaron sus valores domésticos al plano internacional, dando pie al orden liberal internacional (2019, 10-11). El autor identifica tres fases de este orden liberal: 1) el intento fallido de Woodrow Wilson por establecerlo después de la Primera Guerra Mundial (2019, 12); 2) el éxito de Roosevelt y Truman después de la Segunda Guerra Mundial al institucionalizar el orden (2019, 13-14); y 3) el declive actual con Brexit y Donald Trump (2019, 11). El autor muestra cómo EUA construyó el actual esquema de gobernanza global, mostrando su responsabilidad en conflictos y en la construcción de instituciones que atraen actores y establecen reglas de comportamiento entre las naciones. Como hemos visto en otros textos, la falta de estos factores en temas contemporáneos (i.e., ciberseguridad y nuevos actores con armas nucleares) son puntos de fricción que provocan inestabilidad entre las nuevas potencias. Por ejemplo, la falta de reglas y tratados de regulación de ciberataques entre China y EUA han provocado diferencias que podrían escalar en conflictos mayores. Es decir, la falta de instituciones que regulen las nuevas tecnologías permiten que el mundo se sumerja en mayor inestabilidad, ingobernabilidad y desconfianza; es necesario actualizar y mejorar la gobernanza global actual.
Según el autor, la cooperación es difícil, que es más fácil cooperar por miedo que por esperanza (2019, 14). Esta es una visión neorrealista de la cooperación, dejando a un lado la idea de que la cooperación puede llevar a escenarios “win-win” sin necesidad de infundir miedo para disuadir. Es cierto que a veces cooperamos por miedo; por ejemplo, entre países formando coaliciones para disuadir de ataques directos de oponentes; sin embargo, se debe considerar que los incentivos pueden influir a los países a cooperar con el fin de obtener beneficios mutuos, tal como escribe el autor al principio sobre los valores que fundaron a EUA.
El autor relata que la victoria de EUA en la Guerra Fría le permitió expandirse sin límites, pero su estátus de única superpotencia provocó los errores que dieron paso a nacionalismos que vemos en nuestros días; esta es la tercera fase del orden liberal internacional. Donald Trump quiere guiar al líder de este orden a un escenario aislacionista y proteccionista que no vivía desde la década de 1930, esencialmente destruyendo el orden establecido después de la Segunda Guerra Mundial (2019, 14-18). Las medidas de la actual administración estadounidense están dejando vacíos que China está aprovechando para superarlos. Como hemos señalado en otras annotations, China esta adquiriendo suficiente poder para hacerle frente a EUA, sin embargo su rivalidad no puede compararse a la de la URSS en la Guerra Fría, ya que ambas potencias actuales son también principales socios mutuos. La presencia de otras potencias económicas y nucleares vuelven este escenario totalmente diferente al del siglo pasado. La idea del autor de este texto es cuestionar sobre la posibilidad de EUA sobre fundar un cuarto orden o fase liberal para poder enfrentar los nuevos retos globales.
Gideon Rose escribe que parecería ser lo más inteligente que el próximo ocupante de la Casa Blanca siga la forma trumpianade liderar, pero de manera menos agresiva; aprovecharía las ganancias de las duras negociaciones del gobierno actual y utilizaría un discurso menos agresivo; es decir, no sería un cambio radical al actual, sino que la manera liderar de Trump está para quedarse varios años más(2019, 18). Pero Rose asegura que es necesario buscar lo contrario a Trump, que sepa liderar para buscar ganancias para todos y no sólo las propias, ya que el resto del mundo podría seguir el ejemplo de EUA y abandonar la cooperación para regresar a un mundo de conflictos de grandes potencias. Asegura que esto es necesario porque EUA ya no se rige por un actuar neorrealista en el orden internacional, sino por interdependencia compleja; añade que el poder de EUA es más fuerte que antes a pesar de que su poder duro haya disminuido, ya que su poder suave ha aumentado por “jugar” en equipo en lugar de ser individualista. Asegura que China, en cambio, ha jugado de manera individualista y que tiene pocos aliados reales (2019, 19). También asegura que la “trampa de Tucídides”[1]no ejemplifica el escenario actual, ya que EUA solamente tiene que volver a formar una coalición para vencer a su oponente, tal como lo hizo contra la Alemania Nazi y la URSS (2019, 20). Es decir, si añadimos a todos los aliados de EUA, más su posibilidad de sumar más actores a través de sus poderes suave y duro, China no es un rival lo suficientemente fuerte para acabar con el orden estadounidense.
Sin embargo, China es también un rival diferente a los anteriores, ya que utilizan cooperación y competencia, algo que EUA jamás había enfrentado en un rival importante; no funcionarían las estrategias de contención ni compromiso (containment & engagement), es necesario combinar ambas estrategias mientras fortalecen coaliciones regionales (2019, 20). En una era de rápido crecimiento económico e innovación tecnológica, el Estado debe intervenir para permitir a la población alcanzar el ritmo del cambio y darles protección para evitar escenarios como la crisis de la Gran Depresión. Es posible que EUA utilice el miedo a China como manera de unir a la población y sus aliados, pero sólo su responsabilidad y acciones cooperativas en otras partes del mundo pueden evitar un próximo desastre (2019, 21). El futuro del orden liberal internacional depende de que EUA mantenga un rumbo de cooperación y alianzas, dejando el aislacionismo que los caracterizó en diversas etapas. La gobernanza global también necesita una actualización en sus instituciones para hacer frente a los nuevos retos de seguridad y tecnológicos. Para Rose, este orden no está muerto, pero una cuarta fundación será difícil si EUA no cambia radicalmente su rumbo actual.
[1]Allison, Graham. (2017). “China vs. America: Managing the Next Clash of Civilizations”. Foreign Affairs. Disponible en: https://fam.ag/2rE01Om