Cómo la comunidad judía, trabajó con sus vecinos musulmanes y cristianos en Piitsburg

Kraft, Dina. 2019. “The Pittsburgh Playbook: How the Jewish Community Worked With Their Christian and Muslim Neighbors to Heal”. Haaretz, 26 de octubre de 2019. https://bit.ly/2WIk8K8

*Esta es una síntesis anotada realizada por CIPMEX sobre el texto arriba referido*

El objetivo de este artículo es enseñar el modelo que creó en Pittsburg después del ataque antisemita, los lazos interreligiosos, la iniciativa y la compasión llevaron a la organización y la solidaridad que otros pueden tomar como ejemplo y replicarlo. Dicho ataque fue un tiroteo en la sinagoga de Pittsburgh, donde murieron 11 judíos.

Pittsburgh es una ciudad próspera y muy unida, cuyos residentes se han reunido en todos los ámbitos de la vida, a pesar de las diferencias en religión, raza y política, para repudiar el ataque más mortal contra judíos en la historia de EUA. Los ciudadanos afirman que Pittsburgh es «más fuerte que el odio» (Kraft 2019, pa. 2). 

Jeff Finkelstein, CEO de Jewish Federation of Greater Pittsburgh, narra la respuesta que se tuvo. A pesar que el suceso no debe de ser olvidado, los judíos se enfocaron en la respuesta al ataque (Kraft 2019, pa. 3). Esa respuesta integral se coordinó estrechamente, con las agencias comunales judías tomando la delantera y dividiendo las responsabilidades de seguridad y atención de salud mental inmediatamente después del ataque y más allá. Esos esfuerzos fueron impulsados por las iglesias y mezquitas locales, por el fuerte apoyo del alcalde y los funcionarios municipales, y por la base de fundaciones, agencias sin fines de lucro e instituciones académicas de la ciudad (Kraft 2019, pa. 4). Definitivamente este es un gran ejemplo de atención a las víctimas, que podemos usar para analizar a profundidad y llevarlo a la mesa con Carlos Juárez. Asimismo, es un modelo mundial de cómo las 3 religiones pueden cooperar por el bien de las personas, es sostenerse de aquello que las hace cercanas y dejar a lado aquellas diferencias, enfocarse en las semejanzas las hizo cooperar y conectarse como comunidad.

Además, Finkelstein afirma que esos profundos lazos y relaciones interreligiosos han sido fomentados a través de varios sucesos durante varias décadas (Kraft 2019, pa. 5). En otras palabras, así como los judíos han estado apoyando a los cristianos y a los musulmanes en tiempos difíciles, ahora son ellos quienes apoyan a los judíos (Kraft 2019, pa. 6). Es una relación de reciprocidad, amor, apoyo y solidaridad. La relación que están llevando a cabo fomenta la cohesión social y empodera el pilar de la paz de la buena relación con los vecinos en un nivel local pero que puede ser imitado por más comunidades y lograr hacerlo estatal e internacional (evidentemente se requieren muchos más esfuerzos, pero es un buen comienzo). Asimismo, también se ve beneficiada el pilar de la aceptación de los derechos de los demás, ya que entre las 3 religiones todos aceptan que tienen el derecho de profesar su religión, que ninguna comunidad es más importante que la otra, y que sus fieles son ciudadanos que tienen los mismos derechos que están en las leyes estadounidenses. A pesar de que ellos no lo vean así, sus hijos y nietos están teniendo ese ejemplo de cooperación y amor entre las comunidades por lo tanto seguirán replicando este modelo, ya que los más jóvenes aprenden del ejemplo de los más viejos. Esto hace que el modelo sea sostenible. Este modelo fue replicado en otras comunidades estadounidenses, en especial cuando han ocurrido tiroteos masivos. Un ejemplo, el ataque anti-latinos en El Paso, Texas (Kraft 2019, pa. 10).

“La cortina de acero espiritual” de solidaridad y asociación fue un ejemplo de cómo se unieron estás 3 religiones. Dicho evento, fue la vigilia celebrada el día después del ataque al edificio de la Sinagoga del Árbol de la Vida, donde asistieron miles de personas y 30 miembros del clero de diferentes religiones, donde se reunieron en el escenario en el Soldiers and Sailors Memorial Hall de Pittsburgh esa noche, y juntos recitaron el Kaddish de Mourner (Kraft 2019, pa. 7).

Asimismo, las muestras de solidaridad no solamente fueron locales sino también estatales ya que varios miembros de iglesias de los diferentes estados de EUA fueron a consolar a la comunidad judía de Pittsburgh como a Iglesia Episcopal Metodista Africana Emanuel en Charleston, Carolina del Sur. Muchos de ellos porque también sufrieron ataques de odio. Otras visitas fueron las de los sobrevivientes de ataques que provenían de varios estados como de Florida y Colorado (Kraft 2019, pa. 11).

Por lo tanto, Pittsburgh muestra que el apoyo mutuo y la comprensión son las mejores formas de responder después de tal ataque, los judíos de la ciudad están trabajando duro para mantener el enfoque en el mensaje adoptado para la situación: «Recuerden, reparen, juntos» (Kraft 2019, pa. 12).

En los días y semanas posteriores al tiroteo, el Centro de la Comunidad Judía se convirtió en el principal centro de actividad y ahora se llama La Asociación de Sanación 10.27, la cual mantiene su enfoque en la resiliencia.  En el Centro, el FBI estableció su sede y clínicas de salud mental sin cita previa. Rápidamente también se estableció una división del trabajo: los Servicios Familiares y Comunitarios Judíos tomaron la delantera en el ámbito de la salud mental y continuaron haciéndolo junto con el Centro para las Víctimas, una organización local que ayuda a las víctimas de delitos. La Federación, por su parte, se centró en abordar las necesidades de seguridad, manejó las relaciones con los medios y recaudó $ 6.3 millones para las familias de las víctimas y otras personas directamente afectadas por la violencia. El Consejo de Relaciones con la Comunidad Judía se centró en la divulgación dentro de la ciudad y entre otras comunidades. La Federación también trabajó en estrecha colaboración con los rabinos locales (Kraft 2019, pa. 13-14). En este párrafo se puede visualizar la coordinación de trabajo entre lo religioso y lo político, es decir, son esfuerzos totalmente integrales, donde cada parte de la sociedad pone aquello en lo que son expertos, todos con el mismo objetivo: ayudar a las víctimas. También hubo cooperación internacional por medio de la Israel Trauma Coalition, financiada con la ayuda de la Agencia Judía para Israel y el gobierno israelí, quienes vinieron a entrenar a rabinos y personal profesional judío en manejo de traumatismo y atención a víctimas (Kraft 2019, pa. 14).

Además, Finkelstein instruyó a su personal a «escribir cada pequeña cosa que hicieron» durante los primeros dos meses después del tiroteo. Luego se elaboraron hojas de cálculo para organizar esas notas detalladas (Kraft 2019, pa. 16). Esto es parte de la justicia transicional, escribir el pasado, y hacer historia. Es necesario para sanar la herida social. En este caso no es solo para tener historia sino para redactar una guía. Sobre las notas detalladas, la autora del artículo señaló varios ejemplos de personas que han escrito su experiencia tanto del personal como de las víctimas (muchas de ellas hablando del servicio que recibieron).

Por un lado, esta experiencia hizo que parte de la comunidad judía abogue por una respuesta más activista políticamente. Esta fracción respalda el control de armas, de igual manera, considera que la responsabilidad indirecta es del presidente Donald Trump, quien se esfuerza por hacer que la expresión de retórica de odio sea más socialmente aceptable (Kraft 2019, pa. 34). Este es un ejemplo del poder que tiene un discurso para movilizar a las personas.

Por otro lado, el suceso dejó una continua lucha contra el antisemitismo. Un ejemplo de esto es la iniciativa de Marnie Feinberg, quien llama a la acción para que los judíos de todo Estados Unidos invitaran a dos no judíos a su próximo Seder de Pascua. Esta idea ya se ha transformado en una organización sin fines de lucro llamada “2 para Seder”. Su razonamiento se basa en que si los no judíos que nunca antes han estado en un seder pueden experimentar uno, tal vez emerjan como aliados, listos para hablar y confrontar el antisemitismo (Kraft 2019, pa. 41-42). Esta mujer está tratando de conectar las personas a través de su idea y su organización, con la intención de que se conozcan y crear comunidad. Por tanto, es un ejemplo del poder del contacto de Allport.

Para finalizar, los judíos mencionan que la curación comunitaria es su responsabilidad y sigue siendo buscar justicia para ellos y otras comunidades. En otras palabras, significa trabajar en colaboración con personas de todos los orígenes de la ciudad. para promover varias causas y así evitar injusticias (Kraft 2019, pa. 40).

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