Es una COP en el Amazonas, no sobre el Amazonas

En marzo de este año la BBC denunció la construcción de una nueva carretera de cuatro carriles en medio del Amazonas en Brasil, esta para generar una nueva vía hacia la sede de la COP30 en noviembre. 

Este nuevo camino, a pesar de que el gobierno de Lula diga que no tiene nada que ver con la COP y que tiene los permisos ambientales para hacerlo, ha deforestado un área de 13km de un área nacional protegida desde hace unos 30 años.

​Además, esta decisión, es una profunda contradicción entre el desarrollo infraestructural y la preservación ambiental. Esta carretera, que cruza un área de 7.500 hectáreas destinada a proteger manantiales esenciales para la ciudad y con significado histórico para los indígenas tupinambá, pone en tela de juicio el compromiso ambiental del país (El País,2025). 

Es paradójico que, en preparación para una cumbre climática, se emprenda un proyecto que implica la tala de árboles en una región ya afectada por los altos índices de deforestación. Según datos recientes, en 2024, Brasil perdió más de 300.000 kilómetros cuadrados de vegetación debido a incendios, siendo el estado de Pará, donde se ubica Belém (la sede de la COP), uno de los más afectados (El País, 2025). ​ 

Además, Belém enfrenta una serie de desafíos en infraestructura básica, ya que el 80% de su población carece de servicios de saneamiento adecuado, por lo que invertir en una autovía en lugar de atender estas necesidades básicas refleja las cuestionables prioridades del gobierno, además de que podría interpretarse como una mera estrategia para impresionar a la comunidad internacional a expensas de las necesidades locales y ambientales (El País, 2025).​ 

La comunidad internacional debe reflexionar sobre la ética y las implicaciones de celebrar eventos ambientales en lugares donde las acciones gubernamentales contradicen los objetivos de sostenibilidad, por lo que es esencial que las decisiones políticas y de infraestructura estén alineadas con los compromisos ambientales globales, especialmente en regiones tan críticas como el Amazonas.

El origen y la misión de estas conferencias es el de lograr resolver de manera conjunta las cuestiones ambientales que nos atañen a todos, incluyendo a las comunidades locales que son, por lo general, las más afectadas por los planteamientos que se discuten en estas. Entonces, si lo único que trae la COP a estas comunidades son más problemas, destrucción y ninguna solución ¿Dónde dejamos que el “progreso” elimine el humanitarismo inicial de estas cumbres? ¿Dónde queda ese ya frágil entendimiento del otro? Creo que las excusas ya sobran…

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