Perdiendo capacidad de asombro 

Publicado por El Sol de México el viernes 6 de enero de 2023.  Texto original: https://www.elsoldemexico.com.mx/analisis/perdiendo-capacidad-de-asombro-9427056.html

A lo largo de mi formación académica escuchaba constantemente la frase “estamos perdiendo nuestra capacidad de asombro” y creo que los últimos años nos han enseñado, entre otras cosas, que estamos dejando de sorprendernos por sucesos insólitos, llegando al extremo de normalizarlos. Venimos de un año inmerso en eventos terribles a escala nacional y global: la invasión de Rusia a Ucrania, la represión brutal de protestas sociales en Irán y China, ataques terroristas, el asesinato de más de doscientos palestinos por parte de Israel, más de diez feminicidios al día en México, por nombrar solo algunos.

Frente a estas noticias que recibimos diariamente, miraba a mi alrededor, a la reacción de la gente; ¿qué veía? Ausencia de asombro. En aquellos casos que la noticia llegara a impactarnos, poco tiempo después nos olvidamos de ella. Esto se evidenció claramente en 2021 con la salida de las tropas estadounidenses de Afganistán y la posterior llegada del Talibán al poder. Fue una noticia que sorprendió al mundo entero; sin embargo, dos semanas después nadie estaba hablando de ello. Hoy en día, ¿quién recuerda lo que sucedió? ¿Quién se preocupa por la sociedad afgana? Lo mismo ha sucedido con otros eventos en distintos momentos del año.

Lamentablemente, la dinámica del mundo contemporáneo radica en la inmediatez, falta de atención, sobreestimulación, y hemos llegado al extremo de dejar de sorprendernos por sucesos y cifras que deberían atemorizarnos por completo. No es normal ser testigos de tanta violencia. Es absolutamente insólita la inseguridad que existe en nuestro país y en el exterior. No cabe duda de que hemos hecho de la excepción una normalidad.

De la misma forma, no debe dejar de sorprender el giro hacia el extremismo que está tomando el sistema internacional. Cada vez estamos viendo más gobiernos extremistas llegar al poder, promoviendo consigo crímenes de odio, xenofobia, racismo, entre otras cuestiones que pensamos habíamos dejado en el pasado.

Indiscutiblemente, la mayoría de estos sucesos quedan fuera de nuestro control. Pero frente a este sentimiento de impotencia que nos llena al ver las decenas de noticias deplorables, lo que sí queda en nuestras manos es aferrarnos a nuestra capacidad de asombro, puesto que perderla sería perder el sentido de humanidad, lo cual es mucho más peligroso que cualquier cifra que vemos en los periódicos. De nosotros depende el tipo de sociedad que queremos formar: una que alza la voz ante las injusticias que nos rodean, o una que ni siquiera se sorprende.

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