¿Y la tierra de los libres?

Por Andrea Muhech. Publicado en Cultura Colectiva el 15 de junio del 2020. Enlace original: https://bit.ly/3e8GWKU

Lo sucedido con George Floyd y a partir de su muerte probablemente te impacte estés en donde estés y tengas la nacionalidad o las creencias que tengas. En el mejor de los casos, vas a reforzar tu opinión de que las vidas negras importan y que el racismo sistémico debe terminar o vas a reflexionar sobre la situación de tu propio país y entorno. Aunado a eso, para muchas personas fuera de Estados Unidos la muerte injusta de ese hombre ha significado más. 

“No puedo respirar”

¿Qué pasa con los países que viven en autocracia o en donde no existe una democracia estable? ¿Qué piensan al ver a Floyd asesinado y posteriormente a los manifestantes agredidos con gas lacrimógeno o a los periodistas atacados? ¿Qué sucede con los que ven a Estados Unidos como un ejemplo a seguir hablando de valores (que siguen defendiendo) y gobierno? ¿De verdad estamos hablando de la tierra de los libres? ¿Si ellos no pueden confrontar el racismo qué le espera a los demás? 

Puros signos de interrogación. Enojo y signos de interrogación. Tristeza y signos de interrogación. Impotencia y signos de interrogación. ¿Por qué la tierra de la democracia y la libertad no puede proteger los derechos humanos fundamentales de los que en ella habitan? ¿Le seguirá quedando el pseudónimo? Y pensando en las profundas raíces del tema ¿Alguna vez le quedó? 

Muchos activistas que abogan por la democracia se han sacrificado y han pagado precios muy altos en búsqueda de sus ideales. Muchos pueden perder su fe en lo que les daba esperanza al ver el escenario actual o cuando vieron a los ciudadanos posicionar a Trump en donde se encuentra en el 2016, por ejemplo. Estados Unidos ya no es un modelo a seguir en ese aspecto ya que muchos pueden decir “¡te dije! La democracia no funciona y los derechos humanos significan poco cuando están en juego otras cuestiones” (Khorshid 2020).

Los líderes no democráticos están sentados viendo en vivo las violaciones en el país de los libres y se pueden reír de los informes del Departamento de Estado cuando critican lo que ahora son en la práctica. Además, estos podrían llegar a sentir más confianza en la represión de libertades (Khorshid 2020).

Puros signos de interrogación. Un hueco.  

Este es el momento para que quienes defienden los valores universales de la libertad y la justicia resistan y entren más fuerte que nunca. La ola de protestas ya es mundial. Todas las razas se solidarizaron con el movimiento. Muchos blancos privilegiados ya participan en conversaciones sonbre su privilegio. El racismo ya está sobre la mesa en países en donde el tema apenas estaba en el radar. 

Muchos estamos descubriendo nuestro propio racismo. El “no puedo respirar” ya se tradujo a numerosos idiomas y numerosos contextos. El “no puedo respirar” ya se pintó, tatuó, y grafiteó. 

La tierra de los libres no sólo está en Estados Unidos. Es necesario pensar fuera de los límites que imponen las fronteras y darnos cuenta del valor de la solidaridad global. La tierra de los libres está en donde nosotros queramos que esté.

Independientemente de lo que pase en las elecciones en Estados Unidos,  pelear por esto vale la pena en todos los rincones y gobierne quien gobierne. Aunque el liderazgo se nuble o el modelo a seguir no esté claro, lo que no se vale es parar. Los que luchan aquí y allá necesitan mantener el impulso que provocó la muerte de Floyd. Tú, estés en donde estés, recuerda cómo te hizo sentir ese video o el caso en sí, analiza, analízate, y si estás luchando en el nivel que sea por los derechos humanos no te detengas.

La tierra de los libres está en donde nosotros trabajemos para que esté.

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